Paicol (Huila).

Martes 15 de marzo de 2016

Llegué a Paicol después de visitar Nátaga.

Este pueblo fue para mí toda una sorpresa, no solo porque no estaba en mis planes venir hasta acá, sino por tratarse de una localidad colonial hermosa, de calles empedradas, bella mampostería color café o verde, paredes blanqueadas y gente amable.

Y algo importante: una topografía completamente plana. Creo que es la localidad más bella del Huila y una de las más agradables de Colombia. Me encantó, prometo volver.

Paicol está un poco escondido a 110 kilómetros al sur de Neiva, al margen occidental de la troncal Bogotá-San Agustín, pero por carretera completamente pavimentada y rodeada de árboles.

La plaza principal es tan grande y de espacios tan generosos, que las calles que rodean el parque son de dos carriles con árboles en el separador. Paicol es uno de los pueblos más antiguos del departamento del Huila.

Para no andar muy pesado entré a un comercio a ver si me dejaban guardar allí el equipaje.

Lo más reconfortante fue que la dependiente que me recibió, me dijo entre asustada y admirada:

‘Ah, de Medellín, ¿usted es de Medellín?’.

La chica no disimuló una risita de satisfacción por tener al frente a un paisa. ¡Qué honor!

Así también habrá personas que nos quieren menos, pero lo importante es querernos nosotros y valorar a todos los colombianos sin distinción, pues, igual que en Antioquia, en cada región hay

personas con cualidades muy destacadas.

Por ejemplo, me ha llamado la atención que la gente en el Huila no es desconfiada y en cambio muy querida y generosa.

El templo de Paicol en honor de Santa Rosa de Lima es Patrimonio Arquitectónico de la Nación.

De estilo republicano, fue construido en 1.870 por picapedreros paicoleños que siguieron las directrices de maestros venidos de Popayán.

Qué iglesia tan hermosa sobre todo la fachada en calicanto, el mosaico del piso y los decorados al óleo en las paredes.

Dentro de la ermita está la estampa con la Virgen del Amparo. Y en el centro y arriba de la fachada, se ve la imagen de Santa Rosa de Lima, labrada en piedra.

Y algo que me cautivó por su estilo primitivo: las estaciones del vía crucis, con imágenes de gran realismo y actitudes muy humanas, aunque de acabados poco finos.

El cuadro del descenso del cuerpo de Cristo de la cruz, es preciosa y hasta graciosa.

En lengua indígena, el nombre Paicol significa: ‘La Puerta del Viento’. Qué bello apelativo.

A esta hora salen los estudiantes de los colegios y los que viven en las veredas esperan el momento de partir en el campero fletado por el municipio.

Paicol tiene atractivos naturales como el río Motilón, cavernas y balnearios. También es posible hacer rafting a través del río Páez.

La quebrada La Motilona, a cinco kilómetros del pueblo, forma varias piscinas naturales y es un sitio ideal para ir en familia. Frente a los 26° de temperatura promedio en Paicol, esas frescas y cristalinas aguas son un paliativo para disfrutar.

Uno de los sitios más sorprendentes es la ‘Caverna Caja de Agua’ que, como su nombre lo indica, fue formada por una quebrada que la atraviesa a lo largo. Se encuentra a solo cuatro kilómetros del casco urbano y ofrece variados atractivos para el espeleo-turista.

Dentro de la ‘Caverna Caja de Agua’ existen varias especies de murciélagos incluso algunos hematófagos: (que te chuparán la sangre…Hugrjn!). También formaciones calcáreas llamadas estalagmitas y estalactitas.

Una caverna similar que también formó una quebrada, conocí en Florián (Santander), pero mucho más corta.  La ‘Caverna Caja de Agua’ en cambio, tiene más de 400 metros de longitud.

Sobre el marco de la plaza, en un restaurante bien presentado como es todo el pueblo de Paicol, almorcé por $5.000 con una sobre-barriga asada de rechupete, espaguetis como me gustan y rica ensalada.

La casa cural contigua a la iglesia, tiene una fachada vistosa y sobria al mismo tiempo.

El alcalde de Paicol hasta el 2019 es el señor Henry Durán Durán.

En Paicol habitan en total cinco mil paicoleños, dos mil en el pueblo y los tres mil restantes en las veredas.