Agustín Codazzi (Cesar).
Agustín Codazzi
Martes 29 de marzo de 2016
Para variar, en otro Daewoo de modelo viejo por $7.000 llegué a Agustín Codazzi, procedente de su vecino del sur: La Jagua de Ibirico.
El nombre de este municipio recuerda a Agostino Codazzi Bartolotti, un militar y cartógrafo italiano que murió en esta región en 1.859 y sentó las bases de la cartografía en Colombia.
Como hoy es el partido Colombia–Ecuador por las eliminatorias al Mundial Rusia 2018, decidí llegar hasta Codazzi y dejar a Becerril para el regreso.
Por acá hay rectas muy largas y también prima la sequedad de los pastos, debido al verano de los últimos meses.
Pero no faltan los túneles verdes que forman las ramas de los árboles que se juntan arriba del pavimento. Es tal la aridez, que un compañero de viaje afirma que
‘Ya la naturaleza no es verde, sino gris’.
Y el lenguaje trágico continúa entre mis compañeros.
Me cuentan cómo fue de extrema la violencia guerrillera y paramilitar en estos pueblos.
Cuando pasamos por el corregimiento de Casacará, uno de los hombres recuerda cómo aquí mataron más de cinco mil personas. La gente vendía casas hasta por $500.000, y no había quién las comprara.
Algo parecido ocurrió en Llerasca, el poblado del frente.
Y más adelante de Codazzi, estaba El Desastre, un pueblo que lo desaparecieron del todo. Hoy esa localidad se llama Nuevas Flores o Los Brasiles. Así que la violencia de los años 1.999 hasta el 2002, fue impresionante.
Afortunadamente hoy se puede transitar por esta región sin ningún problema, me consta.
Y hay más noticias malas en boca de mis contertulios. Una de las poblaciónes con más cáncer en Colombia, es Codazzi, pues la herencia que dejaron los cultivos de algodón, fue esa temible enfermedad.
Porque los aviones fumigaban las matas de algodón contra las plagas, el ganado se comía los cogollos impregnados de veneno, luego las personas que hoy tienen entre 50 y 70 años consumían esa carne y por eso hoy hay tantos enfermos o gente que ha muerto de cáncer en Agustín Codazzi.
Así que ‘en vez de riqueza, los cultivos de algodón no dejaron sino enfermedad y muerte’.
Y como el pesimismo es contagioso, en seguida el único pasajero que no había modulado palabra, sentenció:
‘Este año es bisiesto y va mal, y de aquí a que se acabe el año, no jooodaaa…’.
De verdad que en este marzo 2016 han ocurrido situaciones muy negativas para el país. Pero vendrán mejores tiempos, nada dura para siempre.
Entrando a Codazzi vimos el nuevo parque con juegos infantiles, gimnasio y unas lámparas led.
‘Eso no costó nada y ahí se robaron cinco mil millones de pesos’,
aseguró el compañero más crítico.
Tanto negativismo se explica porque las personas que me acompañan ya peinan canas y claro, les cuesta borrar de su memoria esos años difíciles de los 90. Pero en la actualidad los jóvenes codacenses miran el futuro con positivismo.
Después de esa ‘lluvia ácida’ que fue la conversación en el colectivo, salí a buscar cosas bellas en Codazzi.
Y las encontré, en la plaza Alfonso Ávila Quintero, muy amplia y despejada. Se ve que la remodelaron hace poco.
La iglesia de fachada amplia y dos torres, esa sí escueta y sin mucha gracia.
Cada año se celebran en Codazzi las fiestas religiosas en honor a la Divina Pastora, patrona de la parroquia.
Por ahí están las instalaciones de la Caja de Compensación Familiar del Cesar.
Con cerca de cuarenta mil habitantes en el casco urbano, Agustín Codazzi es casi una ciudad. Hay edificios de
varios pisos y un supermercado Olímpica hasta donde fui a buscar almuerzo. Ya estaba exhibido lo que más me gusta: mojarra frita. No, qué delicia.
De nuevo en las calles, observo buenos andenes, todas las vías pavimentadas y mucho comercio.
Una cancha mixta con graderías, también parece haber sido obra de la administración anterior.
En el centro hay otro parque bio-saludable. Están de moda, a los alcaldes le gusta porque son muy aparentes y deben costar poco dinero. Ahora
terminan de construir una moderna sede para la alcaldía.
En la glorieta a la salida para San Diego, se ve un monumento de dos trastes de guitarra, muy visible y decorativo. Ahí me hice fotografiar para tener un recuerdo amable de Codazzi.
Y es que cada año, durante el mes de agosto, se celebra en este municipio el ‘Festival de Música Vallenata en Guitarra’ Qué bien, habrá que venir a disfrutarlo.
Acá viven unos 54.000 codacenses, 39.000 en el pueblo y quince mil en las veredas. Luis Vladimir Peñalosa Fuentes es el alcalde hasta el 2019.
Por los cultivos de algodón del pasado, es por lo que a Codazzi se le conoce como ‘La Capital Blanca de Colombia’. Hoy se explotan otras riquezas como el carbón, palma de aceite y café.
Un conductor de colectivo me cuenta que durante el gobierno de Álvaro Uribe, se construyó una hermosa carretera que sale de Codazzi hacia la Serranía del Perijá, llamada ‘La Vía del Milagro’, porque tiene muchos precipicios, pero también hermosos paisajes.
Esa carretera lleva hasta el Batallón de Alta Montaña que hay al final. Parte del camino es por pavimento y parte en placa huella y se ha constituido en uno de los destinos turísticos más interesantes de Codazzi y el Cesar.
El conductor que me habló del sitio, hace viajes hasta allá en su automóvil colectivo.