Rioblanco (Tolima).
Rioblanco es un pueblo al sur del Tolima con gran extensión de terreno y raigambre campesina. Desde Ibagué se deben recorrer 210 kilómetros hacia al sur-oriente para llegar por fin al pueblo tolimense.
Rioblanco hace parte de uno de los ecosistemas estratégicos del país, con dos áreas de manejo especial: Parque Nacional Natural Las Hermosas y el Parque Nacional Natural Nevado del Huila.
Opinión subjetiva.
La primera impresión que se lleva el turista al llegar a Rioblanco, no es favorable. Como el terreno sobre el cual se levanta el pueblo es tan inclinado y escaso, en el centro las calles son estrechas y muchas residencias y comercios son de tres pisos. Total que se siente uno como encerrado, a pesar de ser una localidad pequeña. No obstante las vías fueron trazadas en cuadrícula y en la periferia sí se transita por calles más amplias.
La mayoría de los techos de las viviendas son en lámina de hierro oxidada como se acostumbra en el Tolima Grande.
Tampoco ha habido mucho rigor de parte de la oficina de planeación municipal. Cada cual construye su reforma como le parece, sin atender al buen aspecto que debe tener el paisaje urbanístico. La planeación territorial no es evidente y algunas reformas se quedan empezadas y con mala imagen, porque seguramente al dueño se le acabó el presupuesto.
Ahora se vive una mejor época.
La plaza principal de Rioblanco es pequeña, con el edificio de la Policía tan evidente que de entrada uno asocia a Rioblanco con los años violentos de la guerra fratricida. Pero como dice el himno del municipio,
‘A pesar de muchas circunstancias eres madre bondadosa del vivir…’.
En los andenes del marco de la plaza hay mesas y sillas donde conversar con amigos. En las oficinas públicas no se trabaja los lunes, acá el primer día de la semana es casi festivo.
Como el espacio disponible de la plaza es escaso, basta que dos carros se estacionen al lado del parque para que el corazón del pueblo se vea congestionado.
Casi todas Las calles de Rioblanco son pendientes, razón por la cual se ven muchas motos de alto cilindraje con las cuales se logra subir las cuestas a buena velocidad y haciendo ruido.
Algunas mejoras.
Lo mejor del centro de Rioblanco es la sede de la alcaldía, en casa antigua de dos pisos y con suficientes ventanas.
El parque La Confraternidad de Rioblanco fue remodelado hace poco. Anteriormente había palmas encumbradas y árboles coposos. Ahora el espacio se ve más aireado, con árboles jóvenes de hojas tupidas que apenas si superan la estatura de una persona.
Algunas sillas en acero inoxidable tienen espaldar, pero la mayoría de concreto solo tienen donde colocar las cuatro letras.
El templo parroquial María Auxiliadora de una sola torre, apenas si logra sobreponerse a las edificaciones de tres plantas.
El río Blanco que dá nombre al municipio, pasa por un lado del pueblo y allá abajo se observa un árbol lleno de garzas que salen y llegan con el alimento para los polluelos.
A pesar del poco espacio, Rioblanco tiene plaza de mercado cubierta con las carnicerías al fondo del establecimiento. Qué bien.
Y también Terminal de Transportes, pero de una sola empresa: Cotransrío, a la cual están afiliados la mayoría de los camperos Waz que permanentemente salen para las veredas.
El terminal tiene un buen restaurante en donde desayuno con huevos, arepas y chocolate. Encima del Terminal, la empresa Cotransrío tiene un hotel con tarifa cómoda para pasar la noche.
El cementerio queda en la parte de abajo del pueblo, cerca al río. A un lado del campo santo están las modernas instalaciones en las cuales el ICBF atiende las necesidades de los niños más pobres.
Rioblancunos hospitalarios.
Anduve visitando una compra-venta de fríjol donde un muchacho venteaba los granos para descartar los pedazos de vaina e impurezas.
También conocí la fábrica de arepas, que asan casi en la calle y venden a solo cien pesos la unidad.
Un señor al cual saludé en la plaza, me dijo admirado:
‘Eh hombre, me hubiera ganado los $5.000 que me dijo que apostáramos aquel al cual le aseguré: Ese señor debe ser de Medellín’.
Subí un poco en búsqueda de un mirador sobre el oriente, pero las mejores atalayas están sobre el occidente, para divisar en las tardes.
Por aquel barrio alto hay casas humildes pero con jardín en las fachadas. La señora que felicité por sus plantas en una de ellas, me sacó tinto delicioso, justo la bebida caliente que necesitaba para lubricar la garganta. Me ha impresionado la amabilidad de la gente en Rioblanco.
Acá habitan en total 25.000 rioblancunos, 4.000 en el pueblo y 21.000 en las veredas.
Alcaldes de Rioblanco han sido: 2020-2023 Elizabeth Barbosa.
Fecha de la visita: Lunes 9 de octubre de 2017.