Sincé (Sucre).

Jueves 29 de mayo de 2014 Portada

Los colombianos del interior, tenemos la idea equivocada de que todos los pueblos de la costa son feos y aburridos. Pero no hay tal. Últimamente he conocido municipios muy agradables, tanto en Bolívar como en Córdova y Sucre. Sincé, en este último departamento, es uno de ellos.

Estando en Sincelejo, consulté a una vendedora viajera, quien conoce bien su zona, para que me dijera qué pueblo del departamento de Sucre, valía la pena visitar. Y sí, la chica no dudó en sugerirme una visita a Sincé, que es un municipio tradicional y bonito. Cómo será que lo consideran ‘El Municipio Cultural de Sucre’, debido a la cantidad de escritores y músicos que han nacido allí y a la excelente conservación de su arquitectura.

El pasaje para ir desde Sincelejo hasta San Luis de Sincé cuesta $5.000, un tanto costoso, habida cuenta que el viaje tarda solo media hora. Además la carretera entre Sincelejo y Corozal es de las más modernas: una doble calzada impecable y con un paisaje precioso, muy verde y variado y, lo mejor, una extensa ciclo-vía a todo lo largo de la autopista.

Antes de llegar a Sincé, se pasa por San Juan de Betulia, un pequeño poblado, famoso por los ‘Diabolines’ que elaboran allí, se trata de bolitas de yuca y queso, que venden en varios sitios de Betulia.

La plaza principal de Sincé está bien conservada, lo mismo que la iglesia del Perpetuo Socorro, patrona de Sincé. El templo tiene una arquitectura muy particular, con una torre un tanto separada de la fachada, como si la hubiesen levantado tiempo después. Se trata de ‘La Torre del Reloj Público’, que es más bien una  obra civil.

Me llamó la atención la cantidad de fieles que asisten los jueves por la tarde, a la ‘Adoración del Santísimo Sacramento’, presidida por el párroco del pueblo. Hasta el perro estaba en la iglesia, sobre la baldosa antigua.

Más adelante conocí la Casa de la Cultura, de baldosa ajedrezada, construida hace poco en lo que antes fue La Salle pequeña, un colegio tradicional de San Luis de Sincé.

La directora de la Biblioteca me acompañó en el recorrido, a través de la sala con fotografías históricas y el patio donde una chica se entrenaba con el violín.  Me cuenta la guía que desde el mes de julio hasta el 8 de Septiembre, se celebran en Sincé las fiestas patronales en honor de la Virgen del Socorro. Hay corralejas, cabalgatas y reinados,  de los cuales se conservan fotografías antiguas, en la Casa de la Cultura.

Lo más admirable de Sincé, es la manera como se han conservado muchas casas antiguas, algunas con techo de paja y otras con la cubierta tradicional de la zona: techo en lámina de zinc, con abertura entre el muro y la cubierta para permitir el ingreso de aire, imprescindible en esta región donde hace tanto calor. Las paredes generalmente son de madera con ventilación arriba, mediante un calado artístico.

Ya estaba lejos de Sincé cuando supe que, en la casa marcada con el número 7-03, de la familia Ávila, ubicada en el Barrio los Palacios, se puede ver una bombilla que desde hace más de 50 años está encendida. Buena, queda de tarea parta otros viajeros o para mi próxima visita a Sincé.

Personajes ilustres de Sincé son el maestro Juan Madera Castro, autor de ‘La Pollera Colorá’, lo mismo que Adolfo Mejía 1.905 – 1.973, famoso pianista y compositor, cuyo rostro decora el parque central.

Entonces pensé: este pueblo con señorío amerita un recorrido suficiente para conocerlo mejor. Aníbal, un señor que pasó en su moto, fue quien me llevó por varias calles y tuvo la paciencia suficiente para esperar a que tomara las fotos que quise, a las fachadas de casas muy bien conservadas, donde residen habitantes orgullosos de su comarca.

Apenas tuve una idea clara de Sincé, le pagué a mi conductor los tres mil pesos y, a las cuatro de la tarde,  salí en colectivo hacia Corozal.

Me encantó Sincé, es un municipio imperdible para cualquier turista.