Un diálogo memorable.
En los viajes disfruto hablando con la gente sencilla, he aprendido mucho de lugareños conversadores que incluso a veces, me han abierto su corazón.
Tengo varios relatos de diálogos con personas comunes en transportes y plazas. Hoy les comparto el primero y espero sus opiniones respecto al caso.

Constructor apegado.
Al pasar por el parque de Mogotes, vi a un señor con cara de profesor sentado en una banca. Lo saludé, le pregunté si era maestro y respondió que sí. Total nos pusimos a conversar un rato. Se llama Carlos Mario.
El hombre próximamente va a ejecutar un proyecto en otro departamento, una vez termine el contrato actual en Mogotes.
Le conté al amigo sobre de mis correrías y cómo viajar es mi pasión, y en seguida Carlos Mario me compartió su vida reciente. Se separó de una mujer brava y mandona como todas las santandereanas.
Entonces se fue a vivir con su hija en otra ciudad, pero en esas ella quedó embarazada de su novio, un muchacho trabajador y responsable. Así que regresaron a Mogotes donde la chica tuvo una niña. Hoy su hija y su nieta lo son todo para Carlos Mario, le costaría mucho separarse de ellas.

No más apegos.
Cuando mi amigo terminó de hablar le dije: mira, de pronto yo estoy equivocado, pero tu hija no es tuya, es de su esposo y de ella misma y tu nieta es de los papás. Cuando la niña cumpla los quince, posiblemente se aleje de ti cuando tengas 67 años. Lo que tienes es un apego mediante el cual compensas la soledad.
Yo pienso que en Mogotes te estás estancando, debes salir de tu de situación de confort, aprovechar el trabajo en otro municipio e iniciar una nueva vida lejos de tu hija y de tu nieta.
De pronto, conseguir otra pareja y si no, una vez que descubras cuál es tu pasión, qué te hace feliz, enfocarte en ello y entonces sí podrás enderezar el rumbo y asegurar años venturosos por el resto de tu vida.

El hombre se quedó pensativo, en realidad creo que le moví el piso, pero era necesario. Nos despedimos con entusiasmo y contentos de habernos conocido.
