Fuente de Oro (Meta).
Jueves 12 de noviembre de 2015
El pasaje desde Granada hasta Fuente de Oro, cuesta $5.000, algo costoso si se considera que apenas son 12 kilómetros por carretera pavimentada y completamente plana.
Fuente de Oro está ubicado a 108 kilómetros al sur de Villavicencio. No son muchos los vehículos que nos encontramos en el camino.
Nunca había transitado por tierras tan cultivadas como estas de los Llanos Orientales. Plátano, yuca, maíz, granadilla y palma africana son los principales productos. En realidad esta es la despensa de la Capital de la República.
Fuente de Oro se llamaba antes San Antonio de Padua, pero como de verdad estas tierras tan fértiles son una fuente de riqueza, se le cambió el nombre por ‘Fuente de Oro’.
La iglesia de esta localidad es bien sencilla, de espadaña plana y pintada ahora de amarillo.
En cambio el nuevo edificio de la Alcaldía, ese sí es un lujo. Tiene pocos muros, más que todo ventanales que permiten ver casi todas la oficinas desde el corredor. De dos plantas, solo anduve por el primer piso.
Parece ser un buen vividero este pueblo. Lo pienso al ver chicas con uniformes entrenando patinaje en la cancha mixta del parque principal, un espacio muy amplio, con árboles sombríos y una fuente de agua en piedra, como principal decoración.
Me llamó la atención una obra de alto relieve en cemento donde se recuerda que Fuente de Oro es ‘La Ciudad Cordial del Ariari’.
Son las cuatro de la tarde, y ya se escucha el canto de muchos pájaros en la plaza principal.
Que es un pueblo tranquilo, no hay duda. El comercio es escaso. En el marco occidental del parque, hay varios mini-mercados y negocios con mesas en la acera, lo que tanto me gusta para observar desde allí, todo lo que ocurre en la plaza.
Aquí también las calles son muy amplias y con separador. Hay varios parques con suficiente floresta.
Definitivamente Fuente de Oro es un pueblo con carácter. Me gustó. Tanto que me hice fotografiar en una de las bancas del parque, con la idea de
regresar y sentarme en esa misma silla algún día.
Antes de las cinco de la tarde abordo una buseta que por $3.000 me dejó en la plaza de Granada.
El conductor muy amable, detuvo la marcha para que yo fotografiara el Santuario de la Virgen del Carmen, que hay a la salida, sobre la carretera central. Un poco encerrado, me lo imaginé mejor.