Timaná (Huila).
‘Villa de La Gaitana’ Lunes 7 de abril de 2014
Timaná se encuentra a 160 kilómetros al sur de Neiva, y es uno de los pueblos más antiguos del país: fue fundado en 1.538. En lengua aborigen su nombre significa: ‘tierra de canastos’.
Adelante de Altamira, en el sector de Pericongo, se transita por curvas pendientes y cerradas, con el río al lado. Hay que ir despacio y con cuidado, según advierten algunos avisos.
Así que a las 11:30 me bajo en la plaza principal de Timaná. Es un pueblo bonito y plano, pero tanto las tracto mulas petroleras, como todo el transporte que va de Neiva a Pitalito y viceversa, atraviesan la plaza principal.
La iglesia, cerrada ahora, tiene una sola torre, de estilo barroco, es muy particular porque, a cambio de la segunda torre, tiene una cúpula que le da al templo, un estilo propio, pues no es común ver esa bóveda sobre la fachada, sino atrás, en el centro de la cubierta y sobre el altar. Además, enseguida del frontis, hay un parque pequeño, que suple la otra torre.
En el centro del parque principal, también refresca el ambiente una gran ceiba. Pero lo más bonito e impresionante, es la escultura del maestro Eladio Gil Zambrano, que representa a la Cacica Gaitana,
Se dice que Pedro de Añazco fundó a Timaná, luego de someter a los indígenas de la región. Pero ante la resistencia de los indios Yalcón, quienes habitaban las tierras de lo que hoy es Timaná, el conquistador ibérico mandó matar al cacique, en presencia de su madre.
Por eso en la escultura del parque timanense, se ve a la Cacica Gaitana, con hacha afilada en su brazo derecho, y en la mano zurda, exhibe airosa, la cabeza del español Pedro de Añazco, de quien se vengó, luego que el ibérico quemara vivo a su hijo, el cacique Yalcón.
Qué violencia Dios mío, cómo es que semejantes calamidades, han acompañado siempre a la humanidad. Semejante brutalidad me recuerda al Estado Islámico, haciendo cosas parecidas con sus rehenes y las ruinas ancestrales.
Dejé mi morral en el supermercado San Marcos, una tiendecita esquinera, que ahora está en venta. Muy pronto ese local dejará de ser la esquina emblemática de Timaná, para dar paso a la continuación del edificio que hay enseguida.
Me faltó conocer la iglesia de la Santísima Trinidad de El Naranjal. En ese poblado, ubicado a seis kilómetros de Timaná se construyó, a principios del siglo pasado, una iglesia de diseño muy particular, pues no tiene el plano en forma de cruz, como casi todas, sino que es circular y en el interior está soportada por ocho gruesas columnas.
Ese templo se adelantó a su época, en la medida que el altar ocupa el centro de la edificación, tal como lo determinó el Concilio Vaticano II en 1.964. Gracias al profesor de periodismo Juan Gonzalo Betancur, exhibo algunas fotos de esa ermita.
Por $6.500 almuerzo con sopa de sancocho, fríjoles y pollo en La Llama Roja.
El plato de sancocho, con la sazón que da el plátano verde, lo disfruté como mi papá: sosteniendo la cuchara en la mano derecha y el tenedor en la izquierda. Y así, con esas ‘armas’, dí al traste con las verduras y el pedazo de mazorca.
Aunque asombrosa, me pareció interesante la leyenda de la cacica Gitana; seguiré hacia el sur del Huila, rumbo a Pitalito y San Agustín.
Me gustó, es bueno hacer turismo con unos pocos pesos. Felicitaciones
Gracias Carlos, espero te conviertas en viajero. Saludos.