Mariquita (Tolima).

Sábado 18 de octubre de 2014

El transporte entre Falan y Mariquita es moderno y frecuente. Cada 15 minutos pasa una buseta Nissan procedente de Palocabildo o Casabianca.

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Ermita de estilo colonial en Mariquita.

En una de esas me subí, pagando $3.000 para llegar en media hora, a la noble Villa de San Sebastián de Mariquita.

Esta vía es hermosa. Vamos en descenso hasta el puente sobre el río Guamo, a partir del cual transitamos siempre por terreno plano y mejores carreteras.

Al llegar al Cruce de San Felipe, está la opción de seguir por la derecha hacia Ibagué y Neiva, o por la izquierda, para Mariquita, a solo 8 kilómetros de distancia.

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Torre de la iglesia de San Sebastián.

Dejé mi morral y salí hacia la iglesia colonial de San Sebastián. Primero fotografié la torre que, con las últimas luces de la tarde, se ve preciosa, contra un cielo azul y pequeñas nubes claras.

Esta muy bella, el interior lo iluminaron con lámparas clásicas, que lucen muy bien, en cada uno de los pilares que sostienen la cubierta.

Con un conductor averigüé las rutas urbanas que tiene Mariquita y que puedo utilizar mañana para conocer más de este municipio. Esta es una ciudad grande, se nota en su comercio, en los hoteles y bares elegantes que posee.

II
Interior de la iglesia de San Sebastián.

Me gusta el calorcito que hace, el ambiente que se siente en las calles y plazas y las frutas que abundan, aunque en esta época como que no hay tantas, pero de todas maneras sí son más económicas que en otras ciudades.

Por lo que observé hoy, me da la impresión que en los pueblos del Tolima hay más apatía por parte de la ciudadanía, frente a las decisiones de los alcaldes municipales. El caso de Ambalema es alarmante pero en Mariquita la situación no es mejor. Pueda ser que el señor Alejandro Galindo Rincón,  Alcalde hasta el 2019, lidere una buena administración.

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Hall de la Alcaldía mariquiteña.

En el primer piso de la Alcaldía y en toda la esquina, está el Hall Municipal, un café sin puertas donde a esta hora se escucha música de despecho. Allí me entero que en el mes de agosto se celebra en Mariquita un Encuentro de Bandas de Marcha, que cada vez toma más fuerza.

Aunque en octubre del 2008 visité la famosa Ermita, no sobra fotografiarla de nuevo, para lo cual un señor me llevó por mil pesos en su clásica moto Yamaha 80, tan pequeña y vieja como fuerte y fina.

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Interior de la ermita.

Dentro de la capilla me llaman la atención las imágenes del Santo Cristo Milagroso, de piel morena; la de Santa Bárbara y San Sebastián, dos bienaventurados con historias tan trágicas como populares. En siglos pasados se buscaba despertar compasión frente a las vidas trágicas de estos mártires.

Quería comer algunas frutas, que abundan en Mariquita, entonces llegué a pie hasta el Centro de Acopio, una especie de Central Mayorista que queda cerca de la Ermita.

MF
Mariquita, gran productor de frutas.

Allí pude saborear un pedazo de guanábana madura y fotografiar montones de aguacates y mangos de distintas clases. Aprendí que el aguacate grandote se llama Choké y el pequeño de piel rugosa es el Hass.

El transporte urbano en Mariquita es económico y muy informal. Fácilmente el conductor espera para que el pasajero se baje y reclame la mazamorra donde su mamá, o haga una llamada en el parque Mutis, o recoja el mercado en un granero e incluso, se tome un tinto de los que venden frente a la alcaldía.

Subo al parque Mutis, en donde estuve alguna vez admirando la casona antigua y las distintas especies arbóreas que allí crecen.

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Jardín Botánico José Celestino Mutis.

Yendo hacia Villa Glacial, bordeamos el Mega Colegio, un establecimiento educativo semi campestre.

Al regreso pasamos por un lado del aeropuerto de Mariquita. Supongo que se utiliza más que todo para vuelos charter o particulares

Por esta zona también hay casas-fincas, con predios muy grandes y casi siempre encerradas. Parece que familias pudientes tienen por acá sus mansiones, en medio de mucho verde. Sin embargo, me da la impresión que a Mariquita le falta señorío.

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Mega colegio campestre.

En la panadería llena de lugareños, converso con una gestora de tránsito que tiene una voz muy timbrada, como de locutora.

‘Como aquí estamos acostumbrados a andar a carta abierta por todo el pueblo, nadie carga paraguas, y por eso cuando llueve estos negocios se llenan, pero de patos…’.

Viendo tantos vendedores de boletas, ella me explica que Mariquita es el pueblo de las rifas. Ahora están vendiendo boletas para una ‘carretillada’: un carro de dos ruedas en el cual acomodan un televisor, un equipo de sonido y una nevera. También son frecuentes las rifas de motos de los modelos más recientes.

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Datos sobre el Cable que funcionó 50 años.

En 1.923 se inauguró en estas tierras, el Cable Aéreo que unía a Manizales con Mariquita, que medía 72 kilómetros y constaba de 400 torres. Infortunadamente estuvo en funcionamiento hasta 1.974.

Pero hace poco se inauguró en la capital caldense un moderno Cable que comunica a Villa María con el Terminal de Transportes y la plaza Fundadores, en el centro de Manizales.

Después de almuerzo estuve listo con mi morral, en la calle 7 con cuarta, donde abordé el bus de regreso a Medellín, por $30.000 y a las dos en punto salimos.

Me encantó este periplo por los pueblos del norte del Tolima, una tierra hermosa que no conocía.

 

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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