Rovira (Tolima).

Martes 28 de abril de 2015

El pasaje desde Ibagué hasta Rovira, cuesta $8.000, para una hora de recorrido por terreno casi plano. Solo hay que ascender una pisca al acercarse a Rovira: se llega a Boquerón, para luego descender al pueblo.

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Iglesia de Santa Gertrudis en Rovira.

A las ocho de la mañana arrancamos en una camioneta Hinday y por una carretera con pavimento en regular estado. Durante el recorrido observo dos caleras.  Me cuentan que allí sacan la cal, que luego se cocina y empaca para enviarla a diferentes capitales.

El parque de Bolívar me parece lo mejor de este pueblo: árboles frondosos y un busto del Libertador en el centro.

Un monumento al Campesino, echando azadón, también engalana el espacio central.

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Estoraques, foto Javier Ampudia.

Uno de los atractivos turísticos de Rovira es el Valle de los Muñecos, a la entrada al pueblo,  un terreno en el que la erosión de la tierra formó algunas figuras. Algo similar a los estoraques de la Playa de Belén, en Norte de Santander.

Un funcionario de la alcaldía, me envió algunas fotos, de ese lugar hacia el cual  iba mi amigo a elevar cometas, cuando estaba pequeño. De verdad se trata de un sitio de ensueño, que vale la pena conocer.

El apelativo de ‘Encanto de los Manantiales’ que se le da a Rovira, se fundamenta en varios charcos, cascadas y balnearios que hay en las afueras del casco urbano, más que todo en la quebrada Martínez. Charco Azul, es uno de los más mencionados. Rovira tiene muchos atractivos para turismo de naturaleza.

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Alcaldía Municipal.

La iglesia es mejor por fueras que por dentro. El frontis de una sola torre, es aceptable. La alcaldía también ocupa un edificio en el costado norte de la plaza principal.

La Biblioteca diagonal al templo parroquial, tiene como sede una casona antigua de dos plantas. Aunque había pocos lectores, una auxiliar preparaba el material para llevar en la ‘Caja Viajera’, un carrito con libros y rompecabezas, que se ofrece en los barrios y veredas.

En el parque estuve conversando con Juan Vargas, un señor de edad y con un rostro muy agradable. Me recordó lo que fue la violencia partidista en tiempos del presidente Laureano Gómez quien, ‘no era conservador, sino godo’, según afirma Juan. Y sí fue una época de gran fanatismo y persecución política. Cada ciudadano tenía una cédula de cuatro páginas que se doblaba como un libro y en la que debía figurar la filiación política del ciudadano: liberal o conservador.

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Lugareño habló de violencia partidista.

Así como lo hizo Chávez en Venezuela, quien armó a sus adeptos, Laureano también entregaba armas a todo aquel que certificaba que era conservador. Fue así como se formaron dos bandos: los chulavitas o policía conservadora y la ‘chusma’ o liberales. Esto duró hasta el año 1.954 cuando para sanear el país, Gustavo Rojas Pinilla, abuelo de Samuel Moreno Rojas, se tomó el poder por las armas, hasta que vino el Frente Nacional, período en el cual se alternaron el poder liberales y conservadores.

Por eso me llamó la atención un graffiti que pedía: ‘No disparen, disparo ritmo’, música a cambio de balas.

Rovira no es del todo plano, el parque tiene una inclinación muy leve. El municipio tiene en total 22 mil rovireños, de los cuales 10 mil viven en la cabecera municipal y la mayoría: 12 mil, son campesinos.

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Parque principal de Rovira

Luego contraté por $5.000, una moto ratona para que me diera una vuelta por el pueblo. Fuimos a la calle alta hasta la cual llegan las escalas que se ven desde la plaza. Allí se tiene una vista parcial de la iglesia y el pueblo.

También anduvimos por la piscina de Villa María, pero estaba cerrada. Y más adelante bajamos a la otra pileta, la ‘de las viejitas’ que, efectivamente pertenece a unas señoras de edad, que la alquilan los rovireños.

Anduvimos por el Palacio de Justicia, un edificio de varios pisos recién construido; el Coliseo cubierto en remodelación; la Concha Acústica y otra cancha cubierta, sin jugadores ahora.

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Anciano trenzando cabuya en su pierna.

En el parque un anciano me enseña con el ejemplo que, el mejor remedio para el hastío y la soledad, es estar ocupado. Como él, que hacía tiras de cabuya enrollando en su pierna los hilos de fique.

Mi impresión es que Rovira tiene muchas instalaciones deportivas y educativas. Parece ser que cada alcalde se ha esforzado por dejar una construcción que lo inmortalice. Ahora es necesario trabajar por la educación y la cultura y que esas instalaciones en ladrillo realmente sean utilizadas.

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Leones en edificación cerca al Terminal.

La motoratona me dejó en el Terminal de Transportes, contigua a la Plaza de Mercado, sin utilizar en esta tarde. El Terminal no es gran cosa, pero al menos organiza el transporte y evita que los buses se parqueen en la plaza. Está ubicado frente al edificio esquinero que exhibe figuras felinas en la fachada.

Por $8.000 consigo el tiquete de regreso a Ibagué. Espero que haya seis pasajeros para salir, al lado del conductor, un joven de buena pinta y amable.

Se ven paisajes muy bellos por toda la vía. Muchos tramos con floresta intacta o pequeños cerros de perfiles caprichosos en el horizonte.

La tarde está muy agradable, hace poco sol, pero hoy no habrá lluvia.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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