Vianí (Cundinamarca).

Domingo 1 de noviembre de 2015

Centro-Occidente de Cundinamarca.

Salí de Medellín anoche y hoy a las seis de la mañana estuve en la glorieta de Guayabal, arriba de Villeta y antes de Albán, donde sale la carretera para Guayabal de Síquima, Vianí y San Juan de Rioseco.

Antes de ingresar al Corredor Vial del Centro-Occidente de Cundinamarca, se me pasó la buseta de Flota Águila que va para el Tolima.

Al momento me recogió un joven Ingeniero Agro-Industrial que va para Vianí. Un profesor universitario amable, que trabaja con la CAR. Al final lo invité a tomar tinto en el pueblo.

Pasamos por un lado de Guayabal de Síquima y Bituima, pueblos que nunca había oído mencionar, pero que voy a explorar desde Vianí.

Y lo mejor fue que, como venía en ‘auto particular’, pude hacerme fotografiar junto al kilómetro 49, el año de mi nacimiento. El fotógrafo, claro, fue ‘mi conductor privado’.

Pueblo plano y limpio.

Este Vianí se ve hermoso a hora temprana y siempre. El sol salió con fuerza e ilumina de frente la iglesia y las palmas medianas del parque, recién remodelado.

Me encanta sentarme acá a las siete de la mañana, en un pueblo pequeño, limpio, con plaza completamente plana, muy agradable.

Ahora está en lo mejor de su floración un guayacán amarillo que decora de qué manera el centro del municipio.

La iglesia de Vianí se ve mejor por fuera que por dentro.

Veterinaria y Gastronomía.

En la tarima para eventos oficiales que hay en la parte inferior del parque, 30 estudiantes de Veterinaria, venidos de la capital,  atienden perros y gatos en una jornada de prevención para mascotas.

Qué impresión cómo a los jóvenes de hoy les gusta estudiar todo lo que tiene que ver con animales. Observo cómo sin ningún fastidio limpian las orejas, los ojos y no sé que otros ductos de los animales. Gastronomía es otra de las carreras apetecidas por quienes terminan la secundaria.

Aunque la Alcaldía tiene una sede grande en el marco de la plaza, ahora no se ve tan bien, pues la están remodelando.

Algo para destacar es que acá en Vianí como en Bituima y en Guayabal de Síquima casi no se ven motos. En otros pueblos con poco desnivel, se ven muchos de esos vehículos que con frecuencia producen gran contaminación auditiva.

Esta madrugada llovió bastante, por lo cual la gente y especialmente los agricultores y ganaderos, están felices. El ganado se estaba muriendo de hambre y de sed y en las fincas los cultivos se secaban.

Saludé al cura párroco que está organizando una excursión a Medellín, para ver los alumbrados navideños.

El sacerdote me cuenta que en el cerro que se ve al norte, piensan instalar una cruz o la imagen del Arcángel San Miguel, patrono de la Diócesis.

Pueblo musical.

Por el levita me entero que la casona que se ve en una de las esquinas de la plaza, es la sede del Conservatorio de Música. Y es que Vianí es fuerte en esa actividad artística.

En el próximo puente de noviembre tendrá lugar aquí el Encuentro de Bandas de Música.

Y en el pasado Festival del Porro en San Pelayo (Córdoba), la orquesta de Vianí fue la ganadora.

En fin que Vianí me ha encantado, es una localidad pequeña, acogedora y muy limpia.

El alcalde hasta el 2019 es el señor Diego Alexander Bonilla Aguillón.

Acá habitan en total 4.000 vianiceños, 1.200 en el pueblo y los restantes 2.800 en las veredas.