Argelia (Antioquia) 1/2.
Miércoles 30 de mayo de 2012
Procedente de Nariño, llegué a La Quiebra, el sitio donde convergen las dos vías: la que viene de Nariño y la que va para Argelia.
Me habían informado que por ahí en 10 minutos pasaría la buseta, que hace la ruta de Sonsón hasta Argelia de María, pero al momento apareció un motociclista como de mi edad, que se ofreció a llevarme.
Me encanta montar en moto por carretera, tanto como me da miedo hacerlo en la ciudad. Por vías veredales se tiene una sensación de libertad increíble, que adoro. Así que no lo pensé más y me fui de parrillero con David.
Lo primero que me advirtió mi amigo fue, lo que yo le hubiera solicitado: que manejara despacio, pues yo soy bastante nervioso para andar en estos aparatos.Es muy bueno andar sin afán, pues se disfruta más del paisaje y del viaje.
Para colmo de dichas, hoy no hace sol, está bien fresco el día, ahora cuando son las 4:30 de la tarde.
El paisaje es un encanto. Al comienzo del viaje se aprecian bosques tupidos, vírgenes y solitarios. En ese sentido, me da seguridad ir atrás de un señor de la región, pues por esta vía transitan muy pocos vehículos.
Más adelante, el paisaje se abre un poco y se viaja por entre montañas bajas. Esta es una región rica en aguas, por lo que se ven varias cascadas y quebradas que bajan entre rocas gigantes.
La mayor parte del camino es en descenso, hasta el sitio llamado La Paloma; luego se asciende un poco a ‘Divisiones’ y ahí sí, está uno en la entrada de Argelia, y empieza a divisarse la población.
Desde La Quiebra hasta Argelia de María, hay 20 kilómetros, dos menos que a Nariño. El trayecto se demora unos 50 minutos, pues la carretera al principio tiene muchos huecos y baches. Solo los últimos 8 kilómetros ya están pavimentados y siguen trabajando en el afirmado, ampliación y colocación del asfalto, que irá hasta La Quiebra.
Pero generalmente son obras que los contratistas las demoran más de la cuenta, de todas formas no será por falta de personal para laborar en el proyecto.
En un momento nos detuvo una retroexcavadora gigante, que con facilidad levantaba piedras de más de una tonelada de peso. Una vez llena la volqueta, el operario de la máquina ‘barría’ el piso con la potente pala, capaz de arrastrar casi cualquier cosa.
Qué maravilla andar por estas carreteras solitarias y de paisajes tan hermosos. Y venir en motocicleta, a los 63 años, con el tufito de aventura y riesgo, que ello implica, es todo un privilegio.
Me provoca levantar los brazos, reír, cantar, volar, subir hasta las pocas nubes, que dan sombra a ratos. Me encanta viajar, es lo que más disfruto, en ésta bella etapa de mi existencia.
Así que a las cinco pasadas estuvimos en el altar a la Virgen del Carmen, que está a la entrada del pueblo. Allí nos tomamos una Malta, David y yo, para celebrar nuestra amistad.
Apenas se fue mi conductor, bajé a pié hasta el Hostal que David me había recomendado. Dejé allí el morral y el sombrero y salí a aprovechar los últimos rayos de sol, para fotografiar el centro de Argelia de María.
Este es un pueblo muy bien trazado, pero de calles inclinadas y en muy mal estado. Parece que han tenido que hacer muchos arreglos al alcantarillado, que todavía es de tubos de barro, y eso ha deteriorado bastante las lozas de cemento, que cubrían el piso.
Mala cosa, pues ese aspecto desagradable de las calles, como que no favorece el apego de los ciudadanos a su comarca.
Desde cuando uno llega a Argelia siente mucha diferencia con otros municipios, en donde la gente cuida mejor sus viviendas y los habitantes se ven más expresivos y alegres.
El parque argelino está bien cuidado. Tiene en la parte baja, justo al frente del edificio de la Alcaldía, una cancha de fútbol pequeña. En el centro se construyó una discoteca con fachada colorida y bonita.
Pero lo más hermoso del parque, es el monumento al arriero: un hombre empujando su mula ranchada, tal como se narra en el poema escrito en la base de la escultura.
En el costado oriental de la plaza, está el edificio de la Policía Nacional, construido según los mismos planos que se repiten en San Luis, Nariño y en San Francisco, municipios que, en años recientes, también fueron muy azotados, por los grupos al margen de la ley.
La Iglesia de San Luís Beltrán es bonita. La fachada en piedra no es muy alta, tiene tres naves y un cielo raso sin mucha gracia. En los costados hay una colección de santos de todas las advocaciones.
Diagonal al templo, está la casa cural, de dos plantas y quizá la mejor vivienda de todo el pueblo. Y enseguida de la ermita se encuentra el Centro de Bienestar del Anciano, también una edificación de dos pisos.
Me siento en una de las bancas del parque a descansar y disfrutar del ocaso, cuando en esas llega un señor de 70 años, pero que aparenta muchos menos. El hombre necesita que lo escuche. Inmediatamente después del saludo empieza a contarme sus cuitas.
Se considera un desplazado que vive hace poco en Argelia de María, desde cuando su hija, funcionaria estatal en otro municipio, le quitó la casa en la cual vivía con la promesa de cambiarla por otra.
Mi compañerole cedió su propiedad a la hija, pero ésta nunca le escrituró la suya al papá. Aparentemente es una gran injusticia y desde hace tiempo mi amigo está buscando ayuda en la Personería, para conseguir de la hija el apoyo que necesita.
Faltaría escuchar a la contraparte, pero por lo oído, el hombre tiene razón. A veces los hijos pagan tan mal…
A las siete de la noche una media luna creciente está ya muy posicionada en todo el cenit. Fotografío, antes de cenar, el plato que me sirvieron por $6.000 en el Restaurante Hortencia, muy concurrido por contratistas y obreros de la carretera.
No quiero ni pensar, lo que dirá mi amiga nutricionista, cuando vea el ‘balance’ de proteínas y carbohidratos de esta bandeja. Abundan el arroz, las papas y la yuca. Pero de todas maneras, está deliciosa.
Salgo del restaurante a caminar por las calles del pueblo. En una casa de puertas abiertas y muchas cajas de cartón listas para el trasteo, conozco un comunicador argelino, del cual obtengo información interesante.
Mi amigo trabajó muchos años en Telecom y ahora disfruta de su pensión. Se ha impuesto la tarea de coleccionar música de fondas, las mismas que abundaban en el municipio, antes de caer en manos de la guerrilla.
Por mi amigo confirmo mis sospechas: los habitantes de Argelia, poco quieren su terruño, razón por la cual las cosas en este pueblo no prosperan y las calles están en tan mal estado. Como que Argelia no ha tenido buenos administradores. Parece que la actual alcaldesa tampoco va a acometer la obra del alcantarillado, que es lo más urgente para sus electores.
Este profesional conoce mucho de comunicaciones, pues trabajó en una emisora, en los tiempos en que existía el Ministerio de Comunicaciones aparte, y había en Bogotá unos 60 funcionarios escuchando todo el día las emisoras colombianas, para ver qué errores se cometían, si se respetaba al oyente, etc.
En cambio ahora lo que regula ese mercado es el dinero y nada más. Por eso la chabacanería reinante en muchas emisoras, precisamente las de mayor sintonía.
Lo malo es que son las estaciones que más gustan a los conductores de bus y gente de estratos bajos. Y los dueños de esas radiodifusoras se esfuerzan por ofrecer la programación poco culta, que a gusta a esa audiencia.
Jueves 31 de mayo de 2012
Antes de las seis de la mañana me despertaron las señoras del Rosario de la Aurora, y luego las campanas llamando a los feligreses para la primera
misa.
Argelia es un pueblo sin mucha historia. La arquitectura es reciente, con mucho cemento y rejas en aluminio. Antes de desayunar recorro algunas calles donde se proyecta el sol.
Paso por el Hospital San Julián, ubicado una cuadra arriba de la iglesia principal. No falta la perra en celo, seguida por muchos pretendientes.
En el Bar de abajo, hombres sin oficio hablan duro y su lenguaje está cargado de palabras soeces.
El líder del grupo, entretiene a los contertulios con historias de personajes locales, famosos por su buen apetito y porque tomaban aguardiente por vasados.
‘Ventarrón era otro muy hifueputa para comer. Una vez
le sirvieron un pavo, relleno de cerdo, y se lo comió completico’
Por cada palabra fuerte hay una mosca revoloteando sobre las mesas.
Definitivamente Argelia no es el pueblo más culto de Antioquia, y de pronto el aislamiento en el que lo mantuvo la guerrilla, mas las administraciones irresponsables de ahora, le hicieron bastante daño.
No obstante, sé que la Hermana Gilma Montoya está haciendo, calladamente, una gran labor social y en beneficio del medio ambiente.
Antes del desayuno bajo hasta la entrada al barrio El Roble, en donde hay un puente y un pequeño parque infantil. Allí me doy cuenta que, si subo por la manga pendiente, puedo lograr una buena vista del pueblo, a esta hora de la mañana.
Y sí, desde arriba se ve gran parque del casco urbano y el plano posterior de la iglesia. Tomo algunas fotos. El cementerio, el colegio y el coliseo, en la parte de abajo del pueblo, también quedan al frente de donde me encuentro.
Cuando el sol empieza a calentar, llamo a un moto-taxista, el mismo que, en cinco minutos, bajó por mí hasta el puente. Por dos mil pesos El Mono me subió como alma que lleva el diablo, pues debía andar impulsado con mis 95 kilos atrás. En algún momento me ví en el suelo y para no caer debí agarrarme de los hombros de mi conductor.
Esas calles tan deterioradas, dificultan el ascenso, pero de todas maneras la moto 175 era tan potente que, en cuatro minutos atravesamos todo el casco urbano, hasta cuando me dejó en el mismo sitio donde ayer me tomé la malta con David.
Definitivamente los celulares y las moto-taxis son de gran ayuda en mis viajes. Bendito Dios que me permitió vivir en esta época.
Bajo hasta el parque por una calle no transitada ayer. Admiro el mural sobre el Maíz, que decora el patio de la Alcaldía. Tomo fotos al parque con su kiosco pequeño y bien pintado. Por fin desayuno por $5.000, un calentado con carne de cerdo, en otro restaurante muy concurrido de Argelia.
En la iglesia se celebra la misa de ocho de la mañana, con asistencia de todos los alumnos de una escuela. A veces cantan a rabiar y el sacerdote se esmera por mantenerlos atentos con alertas y frases que les llamen la atención.
Bueno, pues ya es suficiente lo que he conocido de Argelia de María. Muy bueno haber venido y mejor amanecer en este sitio, pues desde temprano puedo salir para Medellín y hacer escala en Sonsón, en donde el transporte se detiene un rato. Por $25.000 compré el tiquete en Sotransoda y viajé en una buseta moderna, que salió casi vacía.
Una hora nos gastamos de Argelia hasta La Quiebra. Desde allí hay un cuarto de hora hasta el alto de El Páramo, donde hay un calvario con crucifijo.
Ya desde este punto la carretera es pavimentada y se aprecia una parte de Sonsón.
Para el final del viaje me ubiqué como copiloto, conversando con el conductor, un joven que conduce con cuidado y es buen conversador.
Otros quince minutos gastamos de El Páramo a Río Arriba, y de allí a Sonsón, un cuarto de hora más.
Germán que gusto leer tu página, es mi pueblo, donde me crie, donde realicé mis estudios.. Mi Argelia del Alma. Soy Magister en Educación y en estos momentos, estoy con muchos de mis paisanos haciendo campañas, para que dejemos atrás esos apelativos o como dirían algunos escritores, esos «remoquetes » . Queremos ver a nuestra Argelia en el sitial que se merece. Gracias por ese relato, lleva a quienes no han podido volver, a vivir lo que usted vivió. Me disculpa son unas hermosas imágenes que dejó en este trabajo, HE COLOCADO ALGUNAS EN LA PAGINA Facebook..ARGELIA Un nuevo amanecer, que invito observe y comente . Si hay algún inconveniente me lo hace saber. Gracias por tenernos en cuenta en sus recorridos y esperamos, vuelva en unos meses cuando le tengamos, precisamente por nuestra página noticias del Nuevo AMANECER DE ARGELIA. Felicitaciones seguiré revisando otros recorridos y aprendiendo mas de sus relatos. FELICITACIONES Saludos John y Paisanos de Argelia