El Peñol (Antioquia).

Miércoles 19 de noviembre de 2014

Cuando salí a la portería a esperar alimentador del Metro, salieron unos amigos que me llevaron en su auto hasta la estación del Metro. El tren se demoró solo 20 minutos hasta la estación Caribe, pues me tocó el que tiene distintivo naranja, que no se detiene en las estaciones menos concurridas.

Réplica de El Peñol.
Réplica del antiguo pueblo.

A las 7:30  por ocho mil pesos abordé un bus de Coonorte que me llevó hasta El Peñol. Un carro moderno con buena música de los 60 y a veces vallenatos en video. Qué cosa tan artificiosa, por decir lo menos, son esos videos con chicas bellas y hombres enamorados, que se inventan los cantantes para promover su música.

Después de Marinilla se sube hasta el alto del Chocho y ahí empieza el descenso hasta el Peñol. Hoy quiero conocer la réplica del viejo Peñol, que construyeron unos kilómetros adelante, por la salida para Guatapé. Subí al pueblo viejo por la entrada de vehículos. Pero justo en donde empieza el puente contiguo, hay una subida más descansada para peatones que descubrí al bajar. Tomé fotos bajo un cielo azul hermoso. Qué lindo es viajarenverano.

Iglesia en piedra.
Iglesia actual de El Peñol.

Regresé al nuevo Peñol en una buseta que venía de Guatapé. Este pueblo del oriente antioqueño luce ahora algo muy bello: hileras de hermosas matas de achira bordean la vía principal, desde cuando se entra al casco urbano, hasta cuando se terminan las casas. Qué buena idea esa, las flores rojas, amarillas o color salmón decoran muy bien las calles de El Peñol.

Lo primero fue arrimar a los puestos de frutas a comer algo.

‘Este mango se lo garantizo, – me dice el vendedor – Es mango Banday, que le gana al criollo de Santa Bárbara, que ya no es sino fama. El Banday es un mango que le dura a usted varios días, en cambio el criollo se pudre muy rápido. Y  si quiere un mango dulce, pues no hay como el Banday’.

Flores rojas y amarillas.
Bellas flores de achiras.

Y sí, tiene razón el hombre, ya sabía yo de las bondades de ese tipo de fruta que pelé cuidadosamente y partí en cubos, dentro de una bolsa plástica. Deliciosa esa porción de regulador, para mi sistema digestivo, de esa manera compensaré la grasa del tocino que comí al desayuno.

Tres motivos sirvieron de objetivo a mi cámara: las flores de achiras, de colores tan fuertes, la bella escultura del Ave Fénix y una foto antigua, en blanco y negro, de cómo era este municipio en 1.978, antes de formarse el embalse. La preciosa escultura del maestro Mario Hernández, se inauguró en el 2008, para conmemorar el renacimiento de El Peñol, en el nuevo sitio, así como la mítica ave surgió de las cenizas.

Ave
Hermosa escultura del Ave Fénix.

El regreso hasta Medellín fue después de las cinco de la tarde, en un bus que venía de San Rafael, otro municipio oriental, que me gusta bastante.

Me bajé en el puente peatonal del Tricentenario, llegué a mi casita en buses de Bello y Envigado, a ver el partido por la copa Suramericana: Nacional 1 Santos 0.

 

 

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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