Puerto Boyacá (Boyacá)

Viernes 17 de abril de 2015

Puerto Perales es un corregimiento de Puerto Triunfo, a media hora de la cabecera municipal y ubicado sobre el margen occidental del Río Magdalena.

Al frente, en el costado oriental del río, está Puerto Boyacá, en una zona de explotación petrolera.

La carretera desde la autopista Medellín-Bogotá hasta Perales, es muy entretenida, por la vegetación tan bella que se aprecia y los potreros con ganado que por estos días pastan hierba fresca.

En la buseta de TransOriente venía una señora comerciante y líder de la región. Por sugerencia suya vine a visitar Puerto Boyacá, un pueblo grande y de bastante movimiento.

Para llegar a Puerto Boyacá hay que ir al hermoso Malecón de techo azul, recién construido frente al  ‘Puerto de las Chalupas’, en Puerto Perales.

En seguida esperar hasta cuando haya al menos siete pasajeros, pagar el tiquete de $ 2.000 y subirse a la chalupa, con techo y cómodas sillas Rimax, adaptadas a la carrocería de la lancha, mediante platinas de hierro, a manera de patas.

En solo siete minutos se cruza el río Magdalena, muy crecido ahora, después de las lluvias reciente. El viaje es seguro y tranquilo y yo fui el único que

se puso chaleco, no obstante la impresionante foto que se exhibe en el puerto, de dos personas ahogadas, por no usar el protector.

Puerto Boyacá es un poblado que ha crecido mucho en los últimos años. Ahora tiene calles amplias, algunas con separador, mucho comercio y semáforos en las esquinas del centro, con conteo regresivo para peatones.

Lo primero que impresiona al entrar a Puerto Boyacá, es el predio e inmenso edificio moderno, que sirve de sede a la Policía Nacional.

En este pueblo, se han vivido años de mucha violencia, sobre todo de para-militares, pero parece que por estos días la región está calmada.

En uno de los costados está la iglesia principal, pequeña, y de frontis pretencioso. No obstante, me

pareció un edificación práctica y con buena ventilación. A ese espacio tan amplio, le caben muchos fieles.

Lo más bello es el parque principal, grande y sombrío, con amplia vegetación y árboles corpulentos. Parece como si un pedazo de la selva amazónica se hubiera transplantado a esta plaza.

Por ese sector se ubica el Café Bolívar, el comercio más frecuentado por los hombres de edad.

Alrededor del parque, no sé por qué, hay tantas panaderías con vitrinas amplias y avisos impresionantes. En una de ellas disfruto de una Cola & Pola, acompañada de pan con requesón.

La plaza de mercado, cerca al parque principal, comprende una manzana completa con comercios de todo tipo y a través de la cual se puede pasar de una calle a otra, por entre los almacenes.

Dos mangos de azúcar muy ricos, a quinientos pesos cada uno, refrescaron mi garganta y regularon el peristaltismo de mi sistema digestivo. Porque hace mucho calor a esta hora del medio día; Puerto Boyacá es uno de los pueblos más calientes de la región.

Quise conocer la Alcaldía Municipal, para lo cual tuve que caminar unas tres cuadras, adelante del Parque Principal. La descubrí por fin en medio de árboles sombríos, en un pequeño parque y ocupando un edificio reciente de dos plantas.

Oscar Fernando Botero Alzate gobernará el municipio hasta el 2019. Puerto Boyacá tiene en total 50.000 habitantes, de los cuales 33.500 se concentran en el casco urbano, en tanto que los 16.500 restantes, son campesinos.

Un amigo me sacó en su moto hasta las afueras donde fotografié el ‘Monumento a la Cultura’: una bella efigie de la artista Patricia López. Allí se ve a una pareja de campesinos jóvenes, de carriel, hacha y tinaja, con detalles delicados.

Al frente van a construir un centro comercial que tendrá un hipermercado de la marca Jumbo.

No tuve que esperar más de tres minutos, hasta cuando me recogió una buseta que iba para Honda y a las 8:20 me llevó al Cruce, a 17 kilómetros de la nueva Casa de la Cultura de Puerto Boyacá.

Hoy estoy con suerte. Tampoco fue mucho lo que tuve que echar dedo adelante de la glorieta, bajo el puente de la intersección vial que va para Bogotá, Medellín o Bucaramanga.

Al momento me paró un señor que venía solo, en un hermoso carro Citroen C3, de colores rojo, blanco y negro y con placas bogotanas, que más parece un carrito de juguete.

En principio pensé que se trataba de un artista o persona acaudalada, pero poco a poco entendí que mi amigo, tiene una empresa de rifas y este auto es el premio mayor.

Desde el comienzo quedamos que yo pagaría el peaje próximo, pues iría con mi anfitrión solo hasta la entrada a San Luis. Pero durante el recorrido, decidí continuar hasta Medellín en este auto tan cómodo, y pagar también el peaje a la entrada a Zamora.

Fuera de Bogotá y Puerto Boyacá, en cinco días,  visité 13 municipios nuevos: Puente Nacional, Barbosa, Arcabuco, Moniquirá, Vélez, Chipatá, Santana, San José de Pare, Oiba, Guadalupe, Contratación, Landázuri y Cimitarra.