Teruel (Huila).

Martes 15 de marzo de 2016

Teruel es un municipio huilense ubicado a 50 kilómetros al sur-occidente de Neiva.

Esta es una zona de gran riqueza hídrica donde los visitantes encontrarán abundantes charcos, lagos y ríos para tomar un baño en medio de la naturaleza.

El río Pedernal y la Cascada el Toti son algunos de esos agradables sitios de esparcimiento.

Teruel se ufana de ser ‘Paraíso Cafetero del Huila’.

A la entrada al pueblo se rinde homenaje al caficultor que beneficia el café con una máquina despulpadora.

Teruel tiene en la parte de abajo el templo Nuestra Señora de la Candelaria, de estilo gótico con una sola torre en punta de lápiz.

El casco urbano es un poco inclinado, de forma alargada y con tres calles principales.

En Teruel hay dos parques: el de abajo frente a la iglesia y el de más arriba donde se ubica la Alcaldía.

En el 2016 cuando visité Teruel se veía muy descuidada la sede de la Administración Municipal, con escalas riesgosas, sin pasamanos y necesitando una mano de pintura.

Me da la impresión que Teruel no ha tenido buenas administraciones, a juzgar por el deterioro en el que se encuentran la Casa Municipal y otras edificaciones emblemáticas.

Seguramente que a la fecha de hoy ya tiene mejor aspecto al Edificio Municipal.

Allí estuve tomando fotos cuando, un señor que iba a salir en su vehículo, me preguntó muy serio:

‘Esas fotos ¿son para qué?’.

Le expliqué cuál era mi pasatiempo y le entregué una tarjeta del blog.

‘Es que yo soy el alcalde’, terminó diciendo a tiempo que arrancaba en su moto.

Efectivamente, se trata de Alberto Calderón Ramírez, el burgomaestre de Teruel hasta el 2019.

Frente a la alcaldía hay un bello monumento que describe, supongo, la historia del municipio con figuras en alto relieve. Con un estilo semejante a las obras de Arenas Betancur.

Alrededor hay suficientes bancas para los más veteranos.

En el costado sur del espacio público ubicaron parqueaderos cubiertos, a manera de Terminal de Transporte, para las camionetas cuatro puertas que prestan servicio de transporte hacia Neiva.

Por ahí está además el Colegio Misael Pastrana Borrero, uno de los principales establecimientos de la localidad.

El parque de abajo tiene poco movimiento, en el centro construyen una cancha mixta cubierta.

Otro edificio que amerita una reforma es el de la casa cural, contiguo a la iglesia. Qué edificación tan grande para tan pocas personas.

Casi todas las casas parroquiales del Huila las he visto gigantes y sub-utilizadas.

Teruel no tiene mucha actividad comercial. Difícil encontrar una panadería, los productos de harina de trigo parece que los traen empacados de Neiva.

También me costó dificultad encontrar un sitio donde tomar un café. Son muy pocos los bares o cafeterías.

Lo que sí consumí y bien rico, fue el salpicón que vende una señora a mil pesos la porción. Repetí la dosis, claro, pues estaba fresco y de frutas variadas.

El Mirador de la Cruz ofrece agradable vista panorámica de todo el pueblo.

Me cuentan que hace tiempo un hombre mató una niña y la dejó en ese alto. Entonces colocaron allí una cruz y desde ese momento se convirtió en sitio de peregrinación los días de semana santa y el 3 de mayo de cada año.

Un moto-taxista me subió hasta el Centro Recreacional con piscina y estadero, pero luce muy abandonado.

En la parte de debajo de ese sitio colocaron máquinas de gimnasia y un parque bio-saludable donde antes había viviendas que tuvieron que trasladar por encontrarse en zona de riesgo.

Las familias que vivían allí fueron reubicadas en casas de interés social.

Al bajar pasamos frente a lo que fue el Teatro Occidente y ahora no es más que un parqueadero.

Me da la impresión que Teruel debe mejorar el sentido de pertenencia de sus ciudadanos. No es casual que varios edificios comunitarios estén descuidados.

En síntesis, Teruel es un pueblo cafetero de clima agradable que merece mejor suerte.

Antes de abordar el transporte que por $8.000 me llevará a la capital huilense, compré una porción de pollo para consumir durante el viaje y ganar tiempo.

Como el conductor de la camioneta iba retardado a clase en la universidad, nos llevó a mil.  En una hora estuvimos en Neiva.

En Teruel habitan en total ocho mil teruelenses, repartidos por partes iguales en el centro urbano y en las veredas.