Aguazul (Casanare).
Al sur-occidente de Casanare y a solo 28 kilómetros de Yopal la capital del departamento, se llega Aguazul.
El centro urbano se encuentra a solo dos kilómetros de la Troncal Marginal de la Selva que une a Quito con Caracas.
En el kilómetro 78 están las partidas para Pajarito y Sogamoso, la vía alterna para bajar desde el altiplano cundi-boyacense a los Llanos Orientales.
Poco tráfico.
Por esta vía que viene de Villanueva, hay un solo peaje en más de cien kilómetros de recorrido.
Hoy sábado hay poco movimiento y en general por los Llanos no circulan muchos vehículos, lo que explica que haya pocas casetas para tributos.
En Cundinamarca y Antioquia en cambio, donde se ven tantos autos, ahí sí colocan peajes cada nada. A los políticos y empresas que los contratan les interesa obtener ganancias jugosas.
Antes del mediodía y tras dos horas y media de viaje desde Villanueva, llegamos a Aguazul, que se encuentra en el kilómetro 80.
Toda una ciudad.
En una rotonda de la entrada se ve el monumento al ganado y la descomunal Plaza de Toros.
Aguazul es la segunda ciudad del departamento del Casanare. Acá las calles son amplias y el comercio abundante. No he visto moto-taxis, solo moto-ratonas.
Siendo más ciudad es también un poblado más impersonal.
Se destaca una buena planeación urbanística: andenes amplios con sillas y mesas afuera, en donde la brisa refresca el rostro y los espíritus.
Un punto a favor de los pueblos del Casanare es que en los que he visitado hasta ahora, no he visto limosneros.
El parque principal se ve agradable, decorado con banderas coloridas y las letras con el nombre del municipio en caracteres gigantes, que lucen bien. Ahí me hago fotografiar, para que no quede duda que estuve acá. Ja ja.
Resguardos.
La iglesia parroquial en honor de Nuestra Señora del Carmen la van a re-construir para darle mejor aspecto del que tiene ahora.
En tiempos pre-hispánicos el territorio fue habitado por tribus indígenas y cerca de Aguazul aún quedan resguardos indígenas.
En los árboles del parque se ven algunas iguanas.
En los años 2000 y 2001 Aguazul fue el municipio más azotado por paramilitares en Colombia. Hoy disfruta de tiempos de paz.
Bonanza mal aprovechada.
En predios del municipio se encuentra el corregimiento de Cupiagua y la entrada a las instalaciones de Ecopetrol.
Hasta hace poco Aguazul era el municipio que más regalías recibía, precisamente por la ubicación en su territorio de los pozos petroleros de Cupiagua.
No obstante la corrupción política es evidente en tantas obras monumentales que ahora son elefantes blancos.
Como ‘la Manga de Coleo más grande del Mundo’; la procesadora de yuca sobre-dimensionada y construida cuando todavía no se producían en Casanare suficientes toneladas del tubérculo o la Procesadora de Leche para cinco veces la producción real del nutriente.
El palacio Municipal fue construido en terrenos inundables, el patinódromo se hizo sin las medidas necesarias y el Matadero aún no ha sido terminado.
Auge del Turismo.
Por su ubicación privilegiada en el pie de monte de la cordillera oriental, en Aguazul se comienzan a explotar turísticamente haciendas ganaderas, balnearios, miradores y centros recreacionales con hospedaje.
Me impresiona el río Unete que corre cerca de Aguazul, por las piedras monumentales entre las cuales baja la corriente.
Alcaldes de Aguazul han sido: 2016-2019 Renier Darío Pachón Talero; 2020-2023 Martha Johana Moreno Fonseca.
Acá habitan en total 42.000 aguazuleños, 32.000 en el pueblo y 10.000 en las veredas.
Fecha de la visita: Sábado 17 de marzo de 2018.