Ciénaga (Magdalena).
Jueves 21 de enero de 2010:
Salí del malecón de Santa Marta en una bus que me dejó más adelante de El Rodadero, concretamente en la estación de gasolina de la troncal, donde me esperaba una buseta que por $ 2.000 me trajo hasta la ciudad bananera.
A mi lado venía un señor con cara de profesor y luego adiviné que se trataba de un pastor protestante. Muy formal, fue mi guía turístico durante el recorrido. Me mostró cómo ya están terminando la doble calzada Santa Marta-Ciénaga que de verdad, se habían demorado en construir.
A Ciénaga se llega a lo que llaman ‘la Estación’, una calle donde arriban todas las líneas de buses. Lo primero que vi fue la escultura al Obrero de las Bananeras de Rodrigo Arenas Betancur. Es un monumento bonito pero está en un sitio tan sucio y mal oliente, que dá pesar. Lo fotografié mientras un pajarito se posó en el filo del machete, que esgrime el obrero de la escultura.
Ciénaga es la segunda ciudad del departamento del Magdalena, y su centro histórico fue declarado Monumento Nacional de Colombia. Porque tiene construcciones de estilo Art Deko y Republicano, levantadas durante la bonanza bananera de los años 1.920 a 1.930. Y es que, en aquellos años, muchos habitantes de Ciénaga viajaron a Europa y al regreso quisieron replicar las casonas y edificios franceses. Cómo será que, al igual que del arco del Triunfo, del Templete central de Ciénaga, salen las calles en diagonales, formando una estrella.
El edificio de dos plantas donde funciona la alcaldía, de estilo republicano y color amarillo ahora, es el mejor conservado de la ciudad. Al frente hay un parque agradable en cuyo centro está el templete, de estilo clásico, con ánforas arriba.
Y ahora qué hago? Me quedo acá o sigo para Fundación? Fui a buscar hotel, pero como ayer terminaron las ‘Fiestas del Caimán’ en Ciénaga, no hay habitación hasta después del medio día. Entonces, con todo y morral, abordé el Bicitaxi de Jóse, un muchacho de 18 años que ya tiene una hija de año y medio.
Fuimos hasta la plaza principal de Ciénaga en donde fotografié la iglesia de San Juan Bautista que sí es bonita. Tiene una cúpula interesante, arcos y varios retablos de mármol, lo mismo que ángeles a la entrada al templo.
Regresé a donde me esperaba Jóse con el morral y le pedí que me llevara a conocer la playa. Por supuesto que estaba todavía llena de basuras de la parranda de anoche, con la cual culminaron las fiestas cienagueras. Allí tomamos algunas fotos especialmente al monumento al Caimán.
‘Cuenta la leyenda que a una niña la mandaron a hacer un mandado, pero la infanta decidió irse por otro lado y en la playa apareció un caimán que se la comió’.
Y sí, ahí se ve a la niña en lo alto del pedestal y abajo el enorme reptil al que, para vengar a su víctima, se lo comió la sal.
Más adelante anduvimos por la plaza e iglesia del Sagrado Corazón. Una ermita moderna sin mayor interés.
Pasamos también por ‘La Casa del Diablo’, una casona antigua, con columnas redondas y capiteles jónicos, la mejor del pueblo en su época y que ahora está abandonada y derruida. Cuentan que allí se aparecía el dios del mal, que olía a azufre o que salía un perro de ojos rojos, que echaba humo por las orejas. Por eso los cienagueros la conocen con ese nombre. También observamos la escultura de un ave al estilo vintage, hecha como en chatarra, muy bonita.
En una tienda contigua a la oficina de transportes tenían un pick up a todo volumen con vallenatos viejos deliciosos. En estas tierras esa música se escucha de lo mejor. Ahora sonó la hermosa melodía de Iván Villazón: ‘Arco Iris’. Se me pone la piel de gallina…
Gracias infinitas a Jóse que me hizo el recorrido que yo necesitaba para darme una idea de este municipio. Y de verdad que la bicitaxi es ideal para este tipo de recorridos porque, a pesar de ser medio día, uno va protegido del sol y el vehículo se mueve tan lento que se puede detallar todo o detenerse en cualquier lugar. Es una buena alternativa.
Jóse ya ve, vive de su bicicleta aunque, qué pesar, no continuó estudios después de terminar bachillerato. Claro, tiene que ver por su hija de año y medio.
El alcalde de Ciénaga hasta el 2015, es el señor Luis Alberto Tete Samper. Este municipio tiene en total 102.000 cienagueros de los cuales, en el casco urbano viven 88.000 y el resto: 14.000 habitan en las fincas.