Guaca (Santander) 1 / 2.

En la provincia García Rovira, al centro oriente del departamento de Santander y a 80 kilómetros de Bucaramanga por carretera sin pavimento, se llega a Guaca.

Guaca hace honor a su nombre: un  ‘Tesoro escondido’, digno de descubrir, a un lado de la carretera que une a Málaga con Los Curos, cerca de la capital de Santander.

Parroquia.
Parroquia de Guaca.
Quebrada.
Agua cantarina.

Luces y sombras de la vía.

Después de viajar ocho horas desde Medellín, en el terminal de Bucaramanga compré el pasaje para viajar a las cinco de la mañana a Guaca, en cuatro horas de recorrido.

Saliendo del Área Metropolitana de Bucaramanga, pasamos por ‘Papi quiero piña’, donde pude disfrutar de una tajada ‘oro miel’; más adelante pasamos por un lado de Piedecuesta y en Los Curos nos desviamos de la carretera troncal del norte para tomar la vía destapada hasta Málaga.

Por este sitio de Los Curos sale también por el otro lado, la carretera que sube a la Mesa de los Santos.

Negocio.
Punto de referencia.
Carretera.
Carretera en ascenso.

Los precipicios que se ven a un lado de la vía son impresionantes. A veces la carretera se le robó a la roca y se aprecian las huellas del tajo que tuvieron que arrancar al peñón, utilizando dinamita o máquinas potentes. 

Los abismos son incontables y van casi hasta Málaga. A veces las caídas son perpendiculares y ni siquiera se les ve el fondo.

Pero por otro lado el bosque virgen, la maleza y el paisaje verde son de una belleza que empalaga. Especies con hojas grandes y pequeñas, matorrales y diseños originarios hermosos, sobre todo cuando están alrededor de una quebrada saltarina que baja de lo alto.

En ciertos puntos la carretera es tan estrecha que para dar paso a otro carro toca reversar u orillarse muy bien y con cuidado. La mayor parte del recorrido es por terreno sin pavimentar pero con piso firme.

Árboles.
Árboles protegiendo del abismo.
Estrecha.
Difícil dar paso a otro bus.

Se observan muchas fincas para la venta, lo cual evidencia cómo a los jóvenes ya no les apetece vivir en el campo. Los sembrados se están quedando sin quien los trabaje. Por eso es frecuente ver zonas muy fértiles, de espesa floresta pero sin cultivos. Menos mal no han talado la floresta para alimentar ganado.  

A esta hora temprana algunos chicos de sudadera o media-media suben al bus para llegar cerca a sus colegios y escuelas.

Un sol madrugador ilumina con fuerza los bosques tupidos y las montañas altas. Me encantó ver en los cercos de dos o tres casas, plantas de achiras de las que cultivaba mi mamá.

Avisos inútiles.

Lo más chistoso es que cada rato aparece el aviso: ‘Inicio de tramo con pavimento’ y el tal tramo no son sino 50 metros al final de los cuales está la otra valla que dice: ‘Fin del Pavimento’. Con tal de ceñirse al formalismo, se gasta dinero en esas vallas sin sentido.

Subiendo al Alto de Guaca se ve allá arriba y en lo alto de la cordillera del frente, el poblado de la Mesa de los Santos cuya carretera también tiene su inicio en el corregimiento de Los Curos.

En el kilómetro 86 está el Restaurante El Mirador, en el segundo piso de una casa con buena vista. Allí me sirven delicioso caldo de costilla y chocolate con arepa santandereana, de esa a la cual le añaden grasa en su elaboración y queda un tanto gruesa y de un sabor exquisito.

Bus.
Parada en el restaurante.
Carretera.
Vía sin pavimento.

Varios mareados.

En los últimos viajes me he vuelto experto en atender a los mareados. Esta vez fue un señor de edad al que le ofrecí servilletas y limón, partido con el bisturí que no me falta.

Estar mareado es algo horrible, me encanta ser útil en esas circunstancias. Incluso en dos oportunidades boté las bolsas con el vómito, pues uno cuando está tan mal no tiene alientos para pararse e ir hasta la puerta del bus a tirar la bolsa, porque las ventanas de este bus son selladas. Para el próximo viaje deberé traer papitas o algo de sal que es lo que más necesita el enfermo cuando termina de vomitar.

Al fin, después de sortear quebradas y subir cuestas, llegamos al Alto de Guaca que está en el kilómetro 72, para desde allí iniciar el descenso hasta el municipio que se encuentra en el paral No. 63. Fueron cuatro horas desde Bucaramanga para recorrer unos cien kilómetros.

Montañas.
Montañas altivas y hermosas.
Guaca.
Esquina en el pueblo.

En próxima entrega publicaremos las fotos del pueblo y su historia, bien interesante.

Acá habitan en total 6.500 guaqueños o chitareros, 2.000 en el pueblo y 4.500 en el campo.

Alcaldes de Guaca han sido: 2016-2019 Jorge López Velasco y hasta el 2023 es el señor Ramiro Alonso Reátiga Alvarado.

Fecha de la visita: Viernes 21 de julio de 2017.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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