¿Qué les gusta a los extranjeros de Colombia?
En varias entregas vamos a considerar cuáles son los elementos de la geografía colombiana que más disfrutan los turistas extranjeros. Aquí los primeros tres:
1 – Montañas y Miradores:
En Europa, Australia o Estados Unidos la mayoría del territorio es plano. Allá sí hay montañas, los Alpes suizos por ejemplo, pero pocas y no tan altas como las ramificaciones de la cordillera de los Andes.
Además, si en Argentina por ejemplo se mira hacia adelante solo se observa lo que está a cinco metros, nada más allá.
En cambio en Colombia no hay que ascender demasiado para obtener una panorámica casi infinita con variedad de vistas y elementos cautivantes.
2 – Riqueza hídrica:
En Colombia cuando se viaja por carretera, cada cinco kilómetros baja de las alturas una quebrada que pasa bajo un puente, casi siempre precedida de una cascada saltarina.
Para los colombianos ese escenario es normal, para un foráneo es una vista de enmarcar.
Ello explica por qué Guatapé en Antioquia, es el destino más visitado por los turistas extranjeros. Hay tanta agua allí… Y por qué en Putumayo se ven más turistas extranjeros que colombianos.
¿Qué pensará un israelita o un árabe al ver el embalse de El Peñol desde la cima de la piedra? Agua por cantidades y casi que potable.
3 – Variedad y calidad de las Frutas:
Como buen país tropical en Colombia abundan frutos dulces, ácidos, semi-ácidos, e incluso sin azúcar y ricos en proteína como el aguacate, el chontaduro, el bienmesabe o el fruto del árbol del pan.
Guanábana, piña, mamoncillo, zapote, guamas, granadilla, marañón, chirimoya, mango, mandarina, banano, melón, sandía, badea, papaya, naranja, guayabas, naranjas o peras. La lista es larga.
Ni hablar de la variedad de formas y colores. En países de estaciones peras, manzanas y duraznos son las frutas más comunes.
Algunas frutas guardan la pulpa o el jugo dentro de empaques sorprendentes y hermosos.
¡Qué tal la manera como la granadilla almacena y protege sus delicadas y deliciosas pepas!
Y ni hablar del envoltorio ‘de regalo’ dentro del cual conserva sus frutos el mangostino. Haga de cuenta el empaque de un anillo de diamante: terciopelo rojo adentro, cubierta negra y un moño bien hecho arriba.