San Andrés (Santander).
Viernes 21 de julio de 2017
San Andrés es un municipio santandereano ubicado al sur y a tres horas de Bucaramanga, en medio de la vía que va para Málaga.
Toda la carretera atraviesa una zona muy bella de floresta tupida y virgen, con abismos de miedo, perpendiculares y profundos. Pero aún así vale la pena recorrerla.
Laguna de clima cálido.
A San Andrés se le conoce como el ‘Espejo Turístico de Santander’, sobre todo por su ‘Laguna de Ortices’, uno de los pocos espejos de agua de clima cálido, que existen en Latinoamérica. De todas maneras es mejor acampar en clima templado que al borde del páramo.
Las lagunas más grandes de Colombia: ‘Tota’ en Boyacá, ‘Cocha’ en Nariño y ‘Fúquene’ en Cundinamarca, son todas de alta montaña.
A la ‘Laguna de Ortices’ se llega después de una hora de viaje desde San Andrés.
El pueblo.
San Andrés tiene calles estrechas, como que el espacio disponible no es muy amplio, dado que fue levantado en la pendiente de la cordillera. Desde lo alto sus casas parecen recogidas con ambas manos en medio de la espesura.
Ante todo ingresé al templo parroquial para admirar su diseño diferente. Me llamaron la atención las ventanas arriba en la nave central por donde entra suficiente luz y aireación.
La fachada de dos torres con sendas docenas de torrecillas, es de buen aspecto. En el centro se ve muy elevada, la imagen de San Andrés, patrono del municipio.
Las campanas de acá no tienen buen sonido, el repique se escucha como ‘tarrudo’.
Casi tan antiguo como el piso de la iglesia, de diseños novedosos y variados, son los clavijeros en madera donde anteriormente se registraba la visita que los fieles le hacían al Santísimo.
Las escalas que suben al púlpito, son otra hermosa obra de la ebanistería local.
Un joven moto-taxista me subió hasta la entrada al pueblo en donde está la sede de la Normal María Auxiliadora, regentada por una religiosa y el Colegio Fray José Casas Nova. Ambas edificaciones de muy buena factura.
Para tener una vista panorámica del pueblo, subí hasta carrera segunda en el barrio Alto de la Cruz en donde me recibió muy bien, el dueño de la casa con mejor panorámica sobre el centro de la población.
Quise ascender otro poco, hasta la casa más arriba, donde una cabra me esperaba sobre una piedra, en pose airosa. Para el descenso el dueño de la cabra y el burro me prestó un palo para apoyarme y no salir rodando por el piso húmedo.
Ya en la plaza, estuve conversando Helver Mendoza, el hombre que vende dulces en improvisada caseta. Qué postres tan ricos, los de arequipe y guayaba me encantaron. Pequeños ladrillos rectangulares, a 500 los normales y a 700 los que llevan coco.
La fuente de agua en el parque exhibe una garza que recuerda el suceso aquel cuando, después de muchos actos violentos y un gran invierno, apenas las garzas surcaron el suelo sanandreseño, con las aves retornaron la paz y tranquilidad al municipio.
En la alcaldía me recibieron muy bien. Me impactó la buena presencia de las secretarias. Algunas sonríen al escucharme hablar, seguramente recordaron el ‘Eh Ave María pues’ de los paisas.
El Palacio Municipal Homero Antonio Pedraza Ochoa, sí tiene aspecto palaciego o al menos de Casa Gubernamental. Al edificio donde sesiona el Concejo Municipal se le llama también ‘Recinto de la Democracia’.
A pesar de tener una topografía tan quebrada, este San Andrés me gustó. En una moto llegué hasta la salida del municipio, justo en el kilómetro 49 donde, me hice fotografiar de la señora que pasó con su hija.
Ah, qué suerte encontrar tan fácil el numero del año de mi nacimiento.
Puente Hisgaura.
Continúo el viaje hacia Málaga cuando de un momento a otro aparece uno de los estribos del viaducto que desde el 2013 se construye para atravesar el río Hisgaura. Huy, qué obra monumental esta, me sorprende.
La estructura tiene 580 metros de largo y será el puente atirantado más alto que se construye en el país, con 147 metros sobre el cauce de la quebrada. Esta obra solucionará los problemas generados por una falla geológica de tres kilómetros que venía afectando la vía Bucaramanga-Málaga.
Los obreros que trabajan ahora en la plataforma de la segunda torre se ven pequeñitos desde abajo. Ya comenzaron a tirar el piso del viaducto mediante un armazón que se va desplazando por debajo de lo que será el suelo del puente.
Me impresionan los andamios que ascienden hasta lo alto de la segunda torre. Supe que para subir hasta allá los obreros se demoran media ahora, por seguridad no deben permanecer más de tres personas por tramo del andamio. Y el descenso les toma 15 minutos.
La obra cuenta con sistemas de alarma que detectan hasta a 7 kilómetros de distancia, la proximidad de tempestades, vendavales o tormentas eléctricas. En tal caso, suena la alarma y todo el mundo abandona la obra.
Pero lo usual es que los trabajadores suban en una canasta que arrastra la potente grúa que abarca toda la construcción. Esa pluma puede hasta con 18 toneladas y en la canasta caben 10 obreros, que suben en tres minutos.
La empresa española que hace parte de esta obra se llama Sacir Construcciones. En Barranquilla también están construyendo el nuevo Puente Pumarejo. Pero hay otra empresa portuguesa que tiene a cargo un tramo diferente del viaducto.
El alcalde de hasta el 2019 es el señor Julián Mauricio Pedraza.
Acá habitan en total 9.000 sanandreseños, 2.500 en el pueblo y 6.500 en las veredas.
Hola.
Qué delicioso leer su blog.
Me ha servido para escoger mi lugar de trabajo, en Bolívar.
La información que usted guarda, es más valiosa que la brindada por wikipedia 🙂
Le agradezco por compartir su experiencia en los viajes.
Me alegra que mis relatos le sean útiles a usted y a muchas personas. Saludos.