Santana (Boyacá).

Jueves 16 de abril de 2015

Vine a este municipio boyacense, perteneciente a la provincia de Ricaurte, de paso para Oiba y Guadalupe, en una buseta que me cobró $6.000 por el pasaje desde Barbosa.

Este pueblo es considerado ‘La Capital de la Panela’ y tiene muchos trapiches dentro de su territorio.

Ahora se busca promover el consumo de ese producto que es el que más se cultiva en Colombia, después del café.

Lo primero al bajarme sobre la vía principal, fue fotografiar las imágenes de Santa Ana y la niña María, que están muy vistosas sobre la carretera que va para Oiba.

Hasta ese punto llega el transporte público, las busetas no ingresan al pueblo.

A dos cuadras de la vía troncal, está la plaza central de Santana, completamente plana y amplia.

Hace un tiempo decoraron el ‘Parque de la Panela Ricardo Blanco Cárdenas’, con esculturas que hacen referencia a los distintos momentos del cultivo y proceso de la caña de azúcar. Lástima que algunas de esas estatuas han sido dañadas por vándalos.

También se ve un busto de Isidro Tello, debajo del cual está la placa con los nombres del alcalde que la hizo construir, los concejales del momento, pero no aparece el nombre de quien esculpió el busto o las estatuas alusivas a la actividad panelera.

Al entrar al templo parroquial, me llamó la atención la puerta con malla plástica, que colocaron detrás del portón, quizá para impedir el ingreso de animales como palomas o perros callejeros.

Detrás del altar mayor, colocaron un gran vitral en el que se representa la escena del calvario, con el crucifijo, la Virgen, San Juan y la Magdalena al pie de la cruz.

El aspecto interior de la ermita es muy atractivo. La cubierta está sostenida con columnas y arcos de medio punto. Parte del piso de la iglesia tiene baldosa antigua de diseño muy hermoso.

La fachada de la iglesia es elegante, con una torre bien decorada y visible desde muchos puntos alrededor. Hacia el nor-oriente hay otra capilla modesta, en honor de la Virgen de las Mercedes.

También hay edificaciones de varios pisos y la sede del colegio es grande y suficiente. Cerca de la carretera troncal hay unas escalinatas para subir del pueblo a la vía troncal y, en la base,  un pasaje peatonal con asientos.

En el costado oriental de la carretera central, está el Hospital de Santana, con instalaciones cómodas.

El reloj de la iglesia de Santa Ana acaba de dar una campanada que indica que son las 9:30 de la mañana.

Tomo tinto con dos buñuelos muy ricos en la ‘Panadería Pan Crema’, y salgo ya a recoger el morral que lo dejé a la entrada al pueblo.

El señor de edad que lo tuvo, no quiso recibirme el dinero que le iba a dar porque ‘un favor no se le cobra a nadie’. Qué bien.

Ojalá se cumpla lo que le deseé: que por el resto de su vida, todo le salga muy bien.

Ya ve, aunque pequeño, este pueblo se ve bien, tiene una plaza agradable en la cual casi todas las edificaciones son de dos plantas, de las cuales solo una es antigua y se conserva bien.

El alcalde de Santana hasta el 2019  es el señor José del Carmen Delgado Zárate.

En esta localidad habitan en total 7.500 santaneros,  2.000 en el pueblo y los restantes 5.500 son campesinos.