Simití (Bolívar).

Sábado 29 de octubre de 2016

A las 4:30, antes que oscureciera, salí de Santa Rosa del Sur hacia Simití (Bolívar), en un colectivo que cobra $5.000 por el cupo.

Me habían hablado muy bien de Santa Rosa y, de Simití  no dijeron nada positivo, pero para mi manera de ver, este último pueblo tiene mayores atractivos sobre todo desde el punto de vista histórico y arquitectónico.

En San Antonio del Toro de Simití hay dos iglesias coloniales muy valiosas, casi todo el casco urbano es plano, las dos plazas muy amplias.

La iglesia de ‘La Original’ sobre un montículo encantador, permite observar gran parte del sur del departamento de Bolívar.

El centro urbano de Simití está rodeado de agua en un 65%, de su territorio.  El mapa del pueblo se ubica como sobre una península que entra al río.

Desde distintos puntos se tienen panorámicas muy bellas del río Magdalena.

La sede de la alcaldía donde flamean banderas coloridas, no está en la plaza principal, sino sobre la vía de acceso al centro.

Al frente del Palacio Municipal hay un pequeño parque con asientos altos.

Me recomendaron subir a la terraza del principal hotel, el que queda cerca a la plaza y en realidad la mejor vista no está ahí.

Pero desde esa atalaya sí pude observar la capilla de ‘La Original’ que, de lo contrario hubiera pasado inadvertida.

En un costado de la iglesia principal se toman buenas fotos del muro en piedra y calicanto de ese templo antiguo. Es difícil no recordar las murallas cartageneras o los templos momposinos al contemplar las paredes de esta ermita.

El Alto de la Cruz, sobre la vía que va para Cerro Burgos, es un mirador precioso e ideal para tomar panorámicas de Simití en horas de la mañana.

Desde varios puntos del pueblo se ve la cruz allá arriba sobre la carretera que une a Simití con el embarcadero de Cerro Burgos.

Cerca a la plaza hay un muro con puertas y ventanas antiguas, también de época colonial pero en una edificación no religiosa sino residencial.

La segunda iglesia, la que está sobre el pequeño cerro, es la capilla de ‘La Original’, como llaman acá a la Virgen que, según cuentan, hace muchos años se le apareció a dos campesinos.

Sobre la vía que viene de Cerro Burgos está también el ícono de la Virgen simiteña. Cuando pregunté qué imagen era esa me respondieron que ‘La Original’ y, en ese momento no entendí lo que me decían. Ahora sí me queda claro.

Edilberto Pacheco, un hombre de edad que hace viajes en su moto. Me subió hasta la capilla de ‘La Original’ y esperó hasta cuando tomé fotos del templo antiguo.

Debimos averiguar por  la señora encargada de la llave de la ermita para fotografiar el interior, con altares recién restaurados y pintados de dorado y rojo.

Afuera una pequeña torre sostiene un par de campanas de buen sonido.

Al regreso, mi conductor me dejó en el taller de Gilberto, un señor de edad que arregla abanicos casi sobre la acera de su taller. Conversé con el hombre y luego me permitió tomarle algunas fotos mientras arreglaba un ventilador.

En síntesis y contra todo pronóstico, Simití resultó ser de todo mi gusto, tiene muchos lugares para extasiarse con la belleza de la laguna y por ser pueblo colonial conserva riquezas arquitectónicas muy valiosas.

El alcalde de Simití hasta el 2019 es el señor Jesús Alberto Ramírez Cardona.

En esta península viven en total 18.000  simiteños, 7.000 en el pueblo y el resto,  11.000 en el campo.