Carnaval de Negros y Blancos 2017
Desfile Magno
Viernes 6 de enero de 2017
El Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, es uno de los espectáculos más hermosos de Colombia.
Se celebra todos los años del 28 de diciembre al 6 de enero en la ciudad de Pasto y la mayoría de los pueblos de Nariño.
Es un evento de gran arraigo entre la población. La disciplina, el compromiso y la preparación previa son los elementos que aseguran la calidad del espectáculo.
Nada se improvisa.
Durante gran parte del año, artesanos, bailarines y todos los participantes en la fiesta trabajan con empeño para que todo salga a la perfección.
Desde el mes de junio las distintas comparsas empiezan los preparativos y los ensayos cada fin de semana, para conseguir ser seleccionados como uno de los once colectivos coreográficos que desfilarán en el evento principal del Carnaval.
Con anticipación se escogen los dos mejores grupos, que serán los encargados de abrir el ‘Desfile Magno’ del día 6 de enero.
Gracias al Carnavalito, los pastusos aseguran que estas tradiciones se prolonguen de generación en generación.
Majestuosidad, creatividad y colorido.
Lo que más impacta del Carnaval nariñense, son las numerosas instalaciones que se fabrican en los barrios.
Carrozas motorizadas, estandartes individuales y todo tipo de ensambles coloridos.
Muchas carrozas son monumentales y para su armado toca echar mano de grúas potentes que coloquen cada pieza en su sitio.
Definitivamente los pastusos elaboran figuras bellísimas, son muy virtuosos para diseñar instalaciones, dar color a las carrozas e imitar rostros de los personajes más recordados.
Desde hace más de cincuenta años los artesanos de Pasto se han destacado en esa labor artística.
Incluso en el ‘Desfile Magno’, se rinde homenaje a quienes fueron en el pasado, los grandes creadores de las carrozas. Tal es el caso del maestro Alfonso Zambrano Payán y muchos otros artistas del Carnaval.
Esa tradición y habilidad se lleva en la sangre, de tal manera que son los hijos de los grandes maestros, quienes continúan elaborando las carrozas para las siguientes festividades.
Seriedad y compromiso.
Lo maravilloso del Carnaval de Negros y Blancos es el compromiso serio, la mística y disciplina con la que marchan los danzantes y demás actores del festejo.
Todos se ven concentrados en el baile, los cantos, las arengas y la interpretación de instrumentos musicales.
Para mí, que estuve tomando fotos, era difícil pedirle a un miembro del colectivo que detuviera la marcha para posar ante mi cámara. Solo lo logré antes de empezar la procesión.
Poca comercialización.
Y otro aspecto muy relevante, quizá el principal del Carnaval de Pasto, es la no comercialización del evento.
En las demás ciudades colombianas, las fiestas están patrocinadas por grandes grupos empresariales.
Ello implica sacrificar autenticidad y autonomía en las decisiones y sobre todo, en los desfiles.
En el Carnaval de Pasto no hay carrozas comerciales ni publicidad de las grandes empresas.
Es un evento financiado únicamente por la municipalidad y CorpoCarnaval. Este hecho le da gran valor a la tradición, aunque le quita promoción y despliegue en los noticieros y canales privados.
Pero vale la pena que sea así, y por eso el Carnaval de Pasto se destaca sobre todo por su autenticidad.
No obstante, para el próximo año 2018 ya hay protestas porque se van a alquilar los puestos en los palcos, aprecios muy inferiores a como se comercializan en otras ciudades.
Los valores propios del departamento nariñense, son los que se busca conservar y fortalecer. Es por eso por lo que para la premiación de la mejor comparsa o el ensamble más valioso, se tiene muy en cuenta si destacan los valores inherentes a la raza.
Seguridad.
Este año 2017 y en los anteriores, la organización del certamen, por parte de CorpoCarnaval fue impecable.
Desfiles bien acompasados, barreras para separar a los espectadores de los participantes, amplia difusión del programa de la feria, un folleto elaborado a todo color y con información completa.
Y es que los pastusos no solo son muy observadores de las normas, sino que la capital de Nariño es una de las ciudades más seguras de Colombia.
Todos allí nos sentimos muy tranquilos portando cámaras, celulares u otros objetos de valor.
No a la espuma.
En principio me molestó que algunos niños y adultos tiraban a los espectadores, espuma o, como la llaman ellos ‘carioca’.
Pero luego entendí que es algo que todos aceptan y la espuma, que desaparece sola, no es tan molesta como la harina, que también se lanza a veces a los asistentes del evento.
Simplemente hay que ir con ropa cómoda y gozarse la fiesta como un pastuso más. Para el 2018 la alcaldía ha prohibido el uso de espuma, esperemos que sí se cumpla esa norma.
Invito a todos los colombianos a que en el 2017 participen de este Carnaval, uno de los más hermosos de Latinoamérica.
Seguro que no se arrepentirán de hacer parte del festejo más auténtico de Colombia.
En la ‘Ciudad Sorpresa’, quedarán encantados con semejante derroche de colorido, tradición y creatividad.