Carretera Bucaramanga – San Gil (Santander).

Viernes 1 de agosto de 2014

San Gil sí que es un municipio limpio, bonito y amañador. Con razón es considerado ‘La Capital Turística de Santander’ y un destino que todo colombiano debe conocer.

Esta vez quiero detallar el recorrido de la vía que une a la capital de Santander con San Gil. Y recomiendo ubicarse ahí para desde San Gil conocer otros pueblos de la provincia de Guanentá.

Amanecí en Floridablanca; antes del medio día me ubiqué en el sitio ‘Papi quiero piña’, sobre la vía al sur de Santander, para esperar transporte hacia San Gil.

 

 

 

Allí paran casi todas las flotas y de todas ellas hay funcionarios que venden los tiquetes. Más adelante en Piedecuesta, también hay despachadores de las empresas de transporte.

En ese punto a la salida de Floridablanca,  se puede elegir la buseta más cómoda o la que sea más panorámica, pues pasan muchos carros para diferentes destinos, y casi todos pasan por San Gil.

A las 11 de la mañana y por $15.000 aseguré mi puesto en una buseta Hino muy confortable, con aire acondicionado.

De una vez me ubiqué en el puesto de copiloto, en el cual dispongo de dos retrovisores para ver lo que ocurre detrás del vehículo y una ventana que puedo abrir en caso de que vaya a tomar alguna foto.

Ahora sí preparémonos para disfrutar de una de las carreteras más bellas y variadas ce Colombia. Con rocas hermosas, paisajes áridos, pavimento serpenteante que asciende por cuestas empinadas y al final llegando a San Gil, un clima medio, encantador.

En Bucaramanga debe estar el indicativo del kilómetro 95, en Florida el 85 y en Pidecuesta el 78. La entrada a la Mesa de los Santos está en el Kilómetro 70, y el número cero está en San Gil.

Así que vamos descontando kilómetros, hasta llegar a mi destino. De todas maneras podría ser mejor la señalización de esta vía tan importante; pocas vallas se ven donde diga la cantidad de kilómetros que faltan para llegar a la próxima población, etc.

A partir de la entrada a la Mesa de los Santos, que está muy cerca de Piedecuesta, comienza la carretera de muchas curvas y rocas al lado, pues la vía le fue arrebatada a los peñones que abundan en el sector.

Es un paisaje hermoso, por los peñascos variados y agresivos que forman el talud. Fuera de que la coloración de las rocas es de tonalidades muy bellas.

Cada que paso por esta vía, recuerdo el momento aquel, cuando estando Sebastián como de dos años, tuvimos que parar  y sacar la vasinilla para que el niño hiciera popó, al lado de  las tractomulas que pasaban por allí y nos saludaban con un trompetazo, en medio de un calor fuerte y aliviado por la

brisa tibia, que corre por entre los peñascos.

Me da la impresión que en Santander no se usa mucho la música para todo el bus, o el conductor generalmente coloca las melodías solo para él, y así es mejor. Tampoco colocan películas, al menos para viajes de menos de tres horas, lo cual, también me parece acertado.

En el kilómetro 55 está el puente sobre el Chicamocha y peaje de Pescadero. Ahí comienza el ascenso hasta el alto de Aratoca.

K 47: Monumento a la Virgen, en rojo y amarillo, muy bello, decorado con plantas de curazao que aquí sí reciben buen sol.

K44: Monumento donde estaba el Renault 4, del cual tengo foto en papel. Un kilómetro más arriba, está la salida para Cepitá a 12 kilómetros, por carretera de precipicios impresionantes. Cuando visité ese pueblo, casi me muero del susto por los precipicios de semejante carretera.

K 42: Parque Nacional del Chicamocha (Panachi) y Aquarama. Sitio hermoso, que se divisa desde antes de llegar, cuando se viene desde San Gil.

K 34 Chiflas, conjunto de estaderos que existen desde 1.957.

K 28: Termina ascenso desde el Chicamocha en el alto de Aratoca, y sobre la derecha se ve la entrada a ese municipio, que está a solo 500 metros de la central.

K 26: Cruz iluminada de noche y antenas de transmisión, a las cuales se les da media vuelta, por lo cual son visibles durante largo trayecto del viaje.

K 11: ya se divisa Curití, cuya entrada está en el kilómetro 9.

K 0: Hemos llegado a San Gil, municipio muy importante y epicentro de otros pueblos que vale la pena  visitar.

Algo que me impresionó ver en el ascenso del Chicamocha, fue una tracto mula, de las llamadas cama-baja, que tiene atrás cuatro juegos de llantas, todas direccionales.

Llevaba encima una gran máquina. Ese sistema de cama-baja, es ideal para transportar grandes cargas y por carreteras de muchas curvas.

Cuando el bus pasó bajo el puente peatonal, que hay en la parte más central de San Gil, antes de llegar al Terminal, saliendo para Socorro,

me bajé para tomar luego una buseta urbana que me llevó hasta el edificio El Águila, en la plaza principal sangileña.

La idea era hospedarme allí, en donde me he bajado en otras oportunidades, pero ese hotel en caserón antiguo, y otro un poco arriba de la iglesia, están ahora en restauración.