Facatativá (Cundinamarca).

Jueves 26 de febrero de 2015

En estos días me he dedicado a conocer municipios de Cundinamarca, que tiene bastantes, 116 en total.  Desde Bogotá y a través de los portales de TransMilenio, es fácil hacer esos recorridos. Eso sí, toca madrugar para que no lo suban a uno al bus.

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Edificio de la Alcaldía en pleno centro.

En cuanto a población, Facatativá es la tercera ciudad del departamento, después de Soacha y Fusagasugá, y está a solo 36 kilómetros de la capital del país.

Para llegar a esa ciudad, abordé una buseta en el Portal 80 de Transmilenio, y en solo una hora estuve en mi destino.

La ruta  pasa por varios cultivos de flores, antes de llegar a Faca. Para celebrar el arribo a salvo, nada mejor que un roscón de guayaba con café con leche.

A de C
Práctico Atlas de Cundinamarca.

Luego compré un Atlas de Cundinamarca, de esos sencillos y prácticos que venden a $3.000 para las tareas escolares. Me encantó, lo necesitaba, sobre todo el mapa de las páginas centrales, en donde puedo ubicar los municipios que me falta conocer.

Lo primero en Facatativá, fue fotografiar el interior de la Catedral Nuestra Señora del Rosario. Qué iglesia tan particular, de corte moderno, fue construida para reemplazar a la antigua que derribó el terremoto de 1.967. Desde ese movimiento sísmico, las dos torres de la Catedral quedaron truncas, sin la parte final que tenían antes y que se pueden ver en fotos antiguas que hay en la Casa de la Cultura.

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Catedral de Facatativá.

Elegante, moderna y sobria, esta iglesia me encantó.  Se trata de un salón inmenso, con cuatro hileras de bancas y arriba, un cielo raso en cuadrícula, muy bonito.

Catorce cruces grandes y escuetas,  dan cuenta de las estaciones del viacrucis. El piso en cuarterones grandes es también en piedra que, ahora se ve envejecida y un poco negra.

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Gran explanada en el centro.

La plaza principal de Faca tiene por ahora un solo árbol grande, algunos pequeños y varias palmeras jóvenes. Es ante todo una gran explanada abierta, típica en los pueblos de clima frío, que más que sombra, requieren de mucho sol.

Allí disfruto de un mango picado, mientras observo el marco de la plaza, muy bien conservado, con edificaciones casi todas de dos plantas y algunas con balcones coloniales o republicanos.

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Vuelta a la plaza en bicicleta.

También converso con un paisano de mi edad que llegó en su bicicleta y me la ofreció para dar una vuelta a la plaza. El hombre trabajó con el obispo anterior, y con él tuvo oportunidad de viajar a Medellín que, según él, ‘es la putería, es mucho mejor que Cali’.

En el marco de la plaza se encuentra el edificio moderno de la Alcaldía. Cuando entré allí, aprendí a limpiar los teclados de computador, tal como lo hacía un muchacho: con jabón limpiavidrios a base de alcohol, brocha plana de las que se utiliza para tinturar el cabello de las damas, y un secador de cabello que bote aire frío.

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Casa de la Cultura Abelardo Forero Benavides.

La Casa de la Cultura y Biblioteca Abelardo Forero Benavides, también se ubica en la plaza principal de Faca. Anteriormente esa casona fue sede de la administración municipal.

Esta pintada con tonos cálidos que le dan un ambiente hermoso y acogedor. En el patio central hay sombrillas y mesas de gran gusto y sobriedad.

Abelardo Forero fue un hijo ilustre de Facatativa, quien se desempeñó en cargos diplomáticos además de ejercer como ministro de estado, periodista e historiador.

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Imagen rupestre en el Parque Arqueológico.

Bueno, tengo que conocer las famosas ‘Piedras de Tunjo’, que hay en Faca. Para ello abordé una buseta urbana que va por los lados del Batallón, cobra a $1.150 el pasaje, y me dejó en la portada del Parque Arqueológico Nacional de Facatativá, que es el nombre oficial.

Durante el recorrido muy corto, pasamos por otra Biblioteca, el Coliseo y la sede de la Secretaría de Educación.

Según estudios científicos, se sabe que en lo que es hoy el Parque Arqueológico,  existió un gran lago, con enormes piedras que fueron labradas por la corriente hídrica.

Me encantó el recorrido por el Parque, está bien tenido, se pagan $3.000 solamente por el ingreso y le colocan a uno manilla y tal.

Me hubiera gustado disponer de una moto-taxi que me llevara hasta el último rincón, pero acá en tierra fría eso no es posible. Así que forcé un poco mis rodillas para recorrer varias cuadras y fotografiar algunas piedras, muy hermosas por sus formas caprichosas y colores ocres.

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Estudiantes universitarios en trabajo de campo.

En los predios arqueológicos conversé con varios estudiantes de  arquitectura de la Universidad de la Sabana, que estaban haciendo mediciones y registros, liderados por el profesor. Con casi todos tuve un diálogo corto, y al profesor lo felicité por esa interesante actividad de campo.

Fotografié varias piedras, figuras rupestres, puentes, lagos y esculturas, la mayoría muy hermosas.

Otra buseta urbana me llevó hasta la Plaza de Mercado, pequeña y sencilla. Allí esperé buseta para Subachoque. La bendita al fin no pasó.

Mientras tanto conversé con dos estudiantes de Peluquería, con quienes hablé de la nueva moda bigudies: el cabello ondulado, aunque de todas maneras se sigue usando el pelo completamente liso y muy largo.

Por mis amigas supe que hay un Mirador en Pueblo Viejo, desde donde se observa casi todo el casco urbano de Facatativá.

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Foto de la Catedral, antes del terremoto.

Y también se puede divisar el amplio panorama desde La Casa Caribe, un salón de eventos que funciona hace poco, y es muy visible desde la plaza principal. Queda hacia el occidente, o sea que es ideal para subir por las tardes, aunque no hay ruta de transporte público que pase por el lugar.

Bueno, disfruté mucho la visita a Faca, quedaron para una próxima venida, la visita a la antigua Estación del Ferrocarril de la Sabana y el viejo Hospital San Rafael.

Desde Facatativá también se pueden hacer expediciones por los Caminos Reales, algunos todavía en buen estado, y muy apropiados para el Turismo Rural.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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