La Dorada (Caldas) 1 / 2.
Miércoles 24 de Junio de 2009:
Amanecí en Norcasia y regresé a La Dorada, el segundo municipio más importante de Caldas, llamado también: ‘La Reina Ganadera’.
En este pueblo hay tres cosas imperdibles: la Catedral Nuestra Señora del Carmen, la terraza del edificio del Fondo Ganadero y las iguanas del parque. Así que si alguna vez usted viaja de Medellín a Bogotá en carro, no se pierda esos atractivos ‘dorados’.
Tengo muchos deseos de llegar a La Dorada. Y parece que el chofer, un joven de 21 años y pelo engominado entendió mi premura pues anduvo como alma que lleva el diablo. Al conductor del Carpati poco le importaban los huecos y los pedazos sin asfalto. La idea era llegar rápido y sí, lo logró.
Por lo que vi al llegar, La Dorada me encantó. Es un pueblo grande de mucho movimiento. Allí convergen varias culturas: tolimenses, paisas, costeños y cachacos.
La Catedral
Lo primero fue ir a la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, que parece el salón principal de un elegante Club. Es una iglesia hermosa y lo que más me llamó la atención es el diseño con que fue construida para favorecer a los fieles, del calor tremendo que hace en La Dorada.
El edificio tiene en las naves laterales, arriba del corredor central y en el fondo del presbiterio, puertas y ventanas con rejas sencillas, bonitas y libres, por las cuales circula el aire de manera copiosa.
Total es un recinto muy fresco pero, además bello. Dentro de la catedral de la diócesis de La Dorada-Guaduas, se disfruta de una brisa permanente, o por lo menos el aire circula en todos los sentidos, hasta el fondo del altar mayor en donde solo hay un Cristo en madera sencillo, pero de muy buen gusto.
El altar en mármol le da un toque de elegancia al presbiterio.
Hasta los confesonarios tienen ventanas que garantizan la ventilación suficiente de los nichos, para evacuar el olor a azufre de los pecados redimidos.
Pero no solo la ventilación, también la luminosidad de este templo es plena, lo que la convierte en un santuario en el que, hasta al más ateo le provoca quedarse.
Por estos días la catedral de La Dorada está decorada con motivos alusivos a la fiesta del Corazón de Jesús.
El techo de la iglesia está soportado por triples columnas redondas con capiteles corintios. También hay que destacar la belleza del cielo raso de las naves laterales decorado con cuadros profundos muy elegantes.
Así que para cualquier estudiante de arquitectura esta edificación es un libro abierto.
Parque
El parque de las iguanas, frente a la Catedral de Nuestra Señora del Carmen es otro de los atractivos turísticos de La Dorada. Es un parque bonito, bien arborizado, fresco y sombrío.
El señor que cuida los lagartos me cuenta que hay unas 300 iguanas, pero esperan reducirlas a cien pues comen mucho y exigen bastante cuidado. Su alimentación es casi omnívora, pero disfrutan sobre todo de frutas y cáscaras de papaya, banano, manzana, etc.
En el parque hay un letrero en el que se advierte a los visitantes que deben abstenerse de alimentar a los reptiles con productos que contengan levadura.
Mientras estaba en el parque pasó muy bajo un avión Mirage de la Base Aérea Germán Molano que queda en las afueras de La Dorada.
Edificio Mirador
En una de las esquinas del parque está la Alcaldía y en otra punta se halla el Palacio de Justicia y el edificio del Fondo Ganadero, la principal actividad económica de la Dorada. En el piso sexto de la edificación está el Restaurante y el Bar Estancia Dorada, un sitio de obligatoria visita.
Desde sus ventanas se tiene una vista preciosa de 360º sobre todo el casco urbano. Y lo mejor, se puede subir hasta el quinto piso en ascensor. Así que para mí es quizá el mejor sitio del pueblo. Desde esta atalaya se observa al oriente y lejana la iglesia de dos torres del municipio vecino: Puerto Salgar.
Hace un sol tremendo al medio día. Por la avenida que va hacia Salgar pasan miles de motocicletas y bicicletas con gente que tiene tiempo para ir hasta sus casas a almorzar y, por qué no, echar una siestecita.
En este municipio habitan en total 73.000 habitantes, de los cuales 65.000 viven en el casco urbano y el resto: 8.000, están en el campo. Hasta el 2019, el alcalde será Diego Pineda Álvarez.
Me faltó conocer el Puerto de las Lanchas, la Charca de Guarinocito, el balneario en el río Doña Juana. Tampoco pude ver la locomotora que se exhibe en este pueblo ni el monumento al pescador en el Parque Santander. No mijo, La Dorada tiene mucho a dónde ir.
En La Dorada no hay Terminal de Transportes. Ahí estaba un Rápido Tolima que salió de Bogotá a las diez de la mañana y la tripulación quería aprovechar la gran demanda de puestos en esta época de vacaciones.
A tres pasajeros nos acomodaron en el camarote donde duermen los conductores, pero como yo no le quise pagar hasta cuando el auxiliar me asignara puesto, al momento el ayudante me llamó para ofrecerme una silla a mitad del bus.
Colocaron una película que nos entretuvo durante el trayecto más aburridor de la vía: el que va de Doradal al río Calderas. La película fue esa clásica, chistosa y de gran mensaje: ‘La vida es bella’. Al fin una buena cinta en un bus.