Palocabildo (Tolima)
Sábado 18 de octubre de 2014
Por estos días, me encuentro realizando un periplo muy agradable y en transporte público, por los pueblos del Norte del Tolima. Antes de salir de Casabianca, así como al arrancar de Villahermosa, mi conductor dio varios pitazos, muy estridentes, para anunciar el despegue, no sea que falte algún pasajero despistado o que alguien no haya entendido el poder que el chofer tiene por estas tierras. Uno de los viajeros le advierte al conductor, que debe quedarse en el cruce ‘del finado Armero’. Claro, ese municipio fue borrado del mapa en 1.985, por una borrasca que bajó desde cerca del Nevado del Ruiz.
Apenas iniciamos el descenso, una gruesa capa de neblina invadió el pueblo de los Casabianquenses, a pesar que desde temprano salió un sol de esos que queman. Esta carretera entre Casabianca y Palocabildo sí está pavimentada al menos en la mitad del recorrido. El otro 50% es destapado pero en buenas condiciones. A mitad del camino, está San Jerónimo, un corregimiento de Casabianca, más bien grande y con casas pintadas de colores.
Por acá también el bosque virgen intenta invadir la calzada. Todo se aprecia muy verde y hermoso. La mayoría de las laderas están cultivadas, a pesar de lo inclinadas que son. Las casas campesinas me impresionan por su pobreza y diseño sencillo, pero con un ambiente cálido y familiar. Casi todas tienen matas que crecen dentro de recipientes reciclados, de aceite, pintura o achiras. Parece ser que por acá gusta mucho el juego de tejo, pues he visto varias canchas al frente de las viviendas. El lavadero de ropa, con tanque grande y agua abundante, generalmente se encuentra a un costado de la residencia.
Desde hace rato se divisa a lo lejos, parte del casco urbano de Fresno, un municipio que visité hace un tiempo. No se alcanza a ver la iglesia, solo algunos barrios periféricos y unos galpones avícolas de gran tamaño. Palocabildo y Fresno están frente a frente, pero con una profunda garganta de por medio.
Entramos a Palocabildo por ‘la variante’, una vía muy pendiente que circunda el casco urbano. Incluso la calle principal, tiene huecos y pavimento en mal estado. Total que Palocabildo no es el municipio mejor tenido. Su plaza principal es pequeña, y hoy está atiborrada de carros y gente. Lo más destacable del parque, es un árbol alto y de pocas hojas que crece en el centro del espacio público. La iglesia tiene un frontis bastante sencillo, aunque con dos torres y rosetón central. El interior del templo mejora, aunque no tanto, debido a la cubierta con Eternit a la vista.
Lo primero que me llama la atención de este pueblo, es su nombre. Ocurre que luego de la guerra de los mil días, a los miembros del ejército que participaron en la contienda, el gobierno les adjudicó terrenos, en el sector en donde está el municipio. Para hacer la entrega oficial de los predios, vino un juez de Honda, a presidir la diligencia, y como seña para que llegara a donde estaban los beneficiarios, le señalaron un árbol muy destacado, en donde lo esperaban los soldados. Fue así como el cabildo para la entrega de los terrenos, se realizó bajo un palo ubicado en lo que hoy es el barrio las Brisas, por lo que el municipio empezó a llamarse Palocabildo.
Este pueblo es municipio hace apenas 17 años. No obstante, el movimiento comercial de Palocabildo, en un día de mercado como el de hoy, es significativo. Hay también un hotel de cuatro pisos y algunos edificios de tres plantas. Abundan las motos de alto cilindraje, capaces de subir por esas calles empinadas. Hace un sol fuerte, posiblemente hoy llueva por la tarde.
A veces el precio de los alimentos también dice mucho de la calidad del sitio. Esta vez almorcé con cuarto de pollo, fríjoles y limonada a discreción, por solo $4.000, en el Restaurante Sabor y Sazón. Pero bueno, tenía suficiente hambre como para que todo me pareciera tan rico como su propuesta básica. El postre fue en La Mansión del Pandebono, un rollo de crema chantilly recién elaborado y con granos de choco crispy encima. Qué deleite! Como estamos relativamente cerca de Buenaventura, por acá se consume bien el chontaduro, ese fruto que se parece al aguacate porque se come con sal, y no tiene sabor dulce o ácido, como la mayoría de las frutas.
Bueno, ya es suficiente con lo que he visto. Mi periplo continúa por Falan y esta tarde llegaré a dormir a Mariquita.
Sitio Web del municipio: http://www.palocabildo-tolima.gov.co/index.shtml#3