San Jacinto del Cauca (Bolívar).

En el puerto de Guaranda (Sucre) no rebajan de $23.000 el pasaje en chalupa hasta este municipio del departamento de Bolívar. El argumento que esgrimen es que en moto vale $40.000 y, como no hay competencia abusan de la exclusividad. 

De todas maneras ir en moto a San Jacinto o a Montecristo, es un riesgo, por el sol que hace en el día, la chalupa va más rápido y con techo, además de ser un viaje más seguro que en moto.

A las 8:40 salimos. A las 9:15 una corta escala en Penche para dejar pasajeros. Me impresiona el poco tráfico que hay por el río Cauca. Pensaría uno que semejante vía ‘pavimentada’ se debería aprovechar más. Pero la demanda de pasajeros no es mucha y seguramente las personas que habitan a orillas del río tienen su propio bote.

Embarcación.
Puerto en Guaranda.
Pasajeros.
Interior de la chalupa.

Calles curvas.

San Jacinto es un pueblo pequeño, de calles curvas, como formando un plano de recovecos.

La iglesia parroquial es interna, no tiene plaza al frente y al lado una casa cural amplia en donde saludo al sacerdote.

A cuatro cuadras de la iglesia se encuentra la casa sencilla y de fachada amarilla donde por estos días funciona la alcaldía. Cerca de la cancha de futbol permanece el comienzo de una nueva sede para el gobierno municipal.

No sé si fue que tuvo fallas en los cimientos o por tratarse de una edificación ambiciosa no alcanzó el dinero.  El hecho es que allí se ve una obra a punto de terminar, con buen diseño arquitectónico.

Templo.
Templo católico.
Frontis.
Foto cortesía El Tinieblo rezandero.

Los habitantes de San Jacinto son como serios, pero amables. En dos oportunidades que utilicé moto, ninguno de los dos conductores me quiso cobrar. Las calles del pueblo se ven limpias y hay basureras en algunos puntos.

En moto anduve las 12 cuadras que separan el puerto del barrio La Invasión, con juegos infantiles y cancha de futbol.

Algo muy rico en San Jacinto son las naranjas que vende un señor en La Y, a $300 la unidad. Jugosas y dulces, a pesar que la cáscara no es amarilla sino verde.

Esquina.
Sitio ‘La Y’.
Comercio.
Zona comercial.

Continúa el periplo.

En una moto por mil pesos regreso al puerto, pues dicen que a las 10:00 sale chalupa de regreso para Guaranda. Ni riesgos de perder ese único transporte. 

Debí esperar hasta las 11:40 hasta cuando por fin arrancó la chalupa conducida por un señor acuerpado y de hablado tan atropellado que toca quedarse callado ante sus argumentos difíciles de entender.

Afortunadamente la espera se hizo agradable porque desde el bar con pick up a buen volumen que hay sobre el puerto, me complacieron con ‘Cantando’ de Diomedes, y todo el tiempo sonó música festiva. En este ambiente caribeño, con el río al frente, recibiendo la brisa en una terraza abierta, la música a alto volumen no estorba.

El plantón no fue aburridor además porque estuve mirando unas chicas jóvenes que ensayaban una coreografía, que tanto gusta a las adolescentes. Y ya ve que lo hacen bien, en una casa humilde con tapias de plástico pero el patio bien barrido y algunas plantas en el jardín.

Río.
Paisaje ribereño.
Ensayo.
Coreografía.

Transporte Informal.

Pasó por el frente una chalupa en dirección a Guaranda o Montecristo, pero por más que le gritaron, siguió de largo. Eso es lo complicado del transporte en el río: siempre se está a merced de la voluntad del chalupero. Nada de formalidad ni horarios.

Tanto acá como a la venida de Guaranda, debí adelantarle dinero al chalupero que nunca tiene para echar combustible saliendo del punto de partida.

También para emergencias.

Los espaldares de la chalupa, elaborados en tabla, son de quitar y poner. En esta oportunidad hubo que quitarlos para armar una especie de cama en donde acomodaron y amarraron con lazos de tela, al enfermo que viene de pasajero para Guaranda.

Se trata de un muchacho joven que es drogadicto y al cual le están aplicando suero para calmarlo. Atrás viene el médico y al pie del paciente viaja el enfermero pendiente que a veces grita o trata de zafarse. Le duró poco la insatisfacción pues a los cinco minutos la droga aplicada gota a gota le hizo efecto y anduvo dormido hasta Guaranda.

Ambulancia.
Ambulancia fluvial.
Salud.
Centro de salud.

Por estas tierras de la depresión momposina y los ríos navegables, las lanchas son el vehículo más rápido y el más usado para todos los casos. Este mismo bote seguirá esta tarde hacia Montecristo para traer el cadáver de una señora de San Jacinto del Cauca que falleció anoche.

Por las deficientes carreteras que hay entre los pueblos, apenas si transitan motos. Y aunque sí he visto por ahí una lancha ambulancia de la secretaría departamental de salud, pues no será suficiente para atender todos los viajes de emergencia que se presentan. Total que la chalupa es lo más recomendado para todos los casos. 

De nuevo en Guaranda.

Así que por fin antes del mediodía salió la chalupa conducida por el señor de hablado atropellado. En 50 minutos llegamos a Guaranda, en un viaje tan cómodo y placentero como son todos los que hace un habitante del interior por estas hermosas tierras de vegetación boscosa, aves, ciénagas y ríos.

En Guaranda todo el mundo sabía que yo había amanecido en el Hotel Emperador y que necesitaba viajar a Montecristo. En pueblos pequeños, no hacen falta los celulares. Menos mal ya estaba en puerto la chalupa que debe salir a la 1:30 hacia mi destino.

Acá habitan en total 11.000 sanjacinteros, 3.000 en el pueblo y 8.000 en las veredas. 

Bosque.
Riberas verdes.
Alcaldía.
Alcaldía en construcción.

El Alcalde de hasta el 2023 es el señor Marcial Chávez Beltrán.

Fecha de la visita: Sábado 4 de noviembre de 2017.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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