Nueva Venecia – Sitio Nuevo (Magdalena) 1 / 2.
Una pregunta frecuente de quienes se acercan por primera vez a mi blog es: ‘Bueno, y ¿qué pueblo nos recomienda para visitar, que no sea muy conocido?’. Mi respuesta siempre es: Nueva Venecia (Magdalena), un corregimiento del municipio de Sitio Nuevo.
Lo singular de ese poblado es que no se asienta en tierra firme sino que las casas se construyen sobre pilotes anclados en la Ciénaga Grande de Santa Marta, es decir se trata de un pueblo palafítico.
En Nueva Venecia no hay perros callejeros porque las ‘calles’ no son más que vías acuáticas que se recorren únicamente en canoa impulsada con una vara o a motor.
En cada casa hay una barca en la cual se va a la tienda, se visita a un amigo o se llega hasta la iglesia o la cancha de futbol donada por el jugador de la Selección Colombia Radamel Falcao García.
Cómo llegar.
El nuevo puente Alberto Pumarejo que cruza el río Magdalena, 20 kilómetros antes de su desembocadura en Bocas de Ceniza, apoya su estribo oriental en territorio de Sitio Nuevo, concretamente en el corregimiento Palermo, el poblado más próximo a Barranquilla cuando se viene de Ciénaga o Santa Marta.
Para llegar a Nueva Venecia existen tres rutas:
1 – Estando en Sabanagrande (Atlántico), hay que llegar en moto-ratona hasta El Puerto, donde se toman canoas insipientes en las cuales se atraviesa el río Magdalena, para desembarcar en Sitio Nuevo sobre la margen oriental del río.
2 – A Sitio Nuevo también se puede llegar en buses que salen de Barranquilla y toman la vía paralela al Magdalena, por el costado oriental. Bajo el Puente Aguas Negras se toman las embarcaciones hacia Nueva Venecia y el recorrido es el más corto.
3 – La ruta más larga para llegar a Nueva Venecia es desde Tasajera corregimiento de Pueblo Viejo (Magdalena), concretamente desde el Mercado del Pescado, también conocido como ‘El Túnel’, por el subterráneo a través del cual se llega a la galería.
Esa fue la ruta que utilicé tanto de ida como al regreso de Nueva Venecia. Es una ruta más demorada pero de pronto más fácil y entretenida.
Mercado del Pescado.
No estaba en mis planes visitar hoy Nueva Venecia, donde se respira aire puro y el visitante se siente de verdad, lejos del mundanal ruido.
Viniendo de Ciénaga (Magdalena), en el kilómetro 55 de la troncal del Caribe, llegué al estadero Popeye donde me esperaban a la entrada, diez Banderas coloridas de varios países.
En seguida una moto-ratona de las que con frecuencia hacen el recorrido desde Ciénaga hasta el Peaje me dejó en el Mercado de Pescado que desde hacía tiempo quería conocer.
Se trata del mayor acopio de pescado que capturan en toda la Ciénaga Grande de Santa Marta y aquí lo venden más que todo para Barranquilla.
La abundancia y variedad de especies es sorprendente. Muchas personas laboran desde la madrugada, algunos quitan las escamas o los tasajean con cuchillos de lomo redondo y oxidado.
Otros abren el vientre de las presas para sacar las vísceras y todos tan activos dentro de un gran salón con mucha actividad, algunos gritos y música variada.
Es posible comprar los pescados y pasarlos luego adentro donde están los encargados de descamarlos y tasajearlos.
A todos esos hombres de piel morena les repartía tarjetas del blog y los saludaba con entusiasmo.
En el mercado no solo venden pescado sino también ropa usada. Una camisa de manga larga con dos bolsillos, parecía que me esperaba con los brazos abiertos, pues por rara coincidencia el dueño del puesto la había exhibido de manera especial. Claro, es talla L, la que me sirve.
Lo que menos esperaba.
Mejor aun lo que ocurrió en seguida: entre las barcas que estaban fondeados en el estacionamiento, había una casi vacía que saldría en seguida para Nueva Venecia, el pueblo que he querido conocer desde hace tiempo.
John Jairo, el barquero es un señor de cuerpo delgado y moreno que piensa cada palabra que pronuncia, a no ser si es para dar gracias a Dios por tantas bondades que ha prodigado para él y su familia.
El pasaje para lugareños que viven en Nueva Venecia cuesta 5.000 pesos, por el viaje de una hora y cuarenta minutos a través de la Ciénaga Grande de Santa Marta, un mar sin olas, donde prevalece el agua dulce.
Vieja soñado.
Esta madrugada el barquero trajo un cargamento de 400 kilos de pescado de Nueva Venecia y ahora va a regresar casi vacío.
Muy agradable el recorrido a pesar que la embarcación no tiene techo, hizo poco sol la mayor parte del tiempo. Cuando salió la estrella tutelar, saqué mi ‘nueva’ camisa de manga larga y la vestí encima de la de manga corta, para proteger mis brazos de la luz ultravioleta.
Estuve conversando un rato con John Jairo mientras su hijo manejaba el motor fuera de borda y seguía las señales que John, de vez en cuando le hacía con el brazo para orientarlo en la ruta correcta.
Atrás dos agentes de policía vestidos de civil, hablaban de sus problemas con delincuentes a los que capturan o con sus jefes tenientes, capitanes o coroneles, a los cuales tienen que rendir pleitesía.
Una hora después de haber salido del muelle en El Túnel o la venta de pescado, atravesamos la línea verde que recorre la Ciénaga a todo lo largo. Se cruzan como cinco cuadras entre la vegetación y con algunas aves trepadas en las ramas secas de los árboles.
Nueva Venecia a la vista.
Casi tan pronto se pasa el cordón verde se comienza a divisar el pueblo de Nueva Venecia. En ese punto ya se sabe que tan poco falta para llegar al destino.
Y sí, a las once de la mañana llegamos al pueblo, luego de haber zarpado a las 10:20 del Mercado de Pescado en Tasajera.
Dejamos a los gendarmes en la Estación de Policía y luego John Jairo me dejó en la casa de José Julio Donado Mendoza, el dueño del mejor hospedaje de Nueva Venecia.
Una habitación sin televisión pero con colchón duro y baño privado, ¿qué más se puede pedir? No esperé encontrar una habitación tan cómoda y con aire acondicionado todo el tiempo. Y menos que allí mismo sirvieran platos tan ricos.
Este pueblo tiene energía desde el gobierno de Ernesto Samper en 1.998. Mediante un cable sub-acuático se trae el fluido eléctrico desde Sitio Nuevo: la cabecera municipal del corregimiento de Nueva Venecia.
La casa hotel es bien agradable, como todas las casas en Nueva Venecia tiene una terraza al frente en la cual no pega el sol.
Descargue el morral y me dediqué a fotografiar las embarcaciones arcaicas que pasaban por la ‘calle’ hecha caño de agua.
Generalmente son impulsadas con una palanca o vara que el canoero empuja contra el piso de la ciénaga, un metro y medio abajo, mientras dá algunos pasos a lo largo de la canoa.
En próxima entrega navegaremos por el pueblo para saludar desde la barca a sus habitantes, extasiarnos con tan color y brisa y admirar atardeceres.
Fecha del viaje: Jueves 28 de octubre de 2021.