Zapayán ‘Punt’epiedra’ (Magdalena) 2 / 2.
En publicación anterior nos deleitamos mirando espejos de agua, árboles frondosos y el vuelo de las aves que se elevan del piso al sentir el motor de la embarcación.
Pueblo que vive del agua.
Hoy llegaremos al pueblo de Punt’epiedra, capital del Municipio de Zapayán (Magdalena).
El municipio rinde honores al cacique Zapayán que habitó estas tierras en tiempos pre-hispánicos.
Con solo 22 años de vida municipal, en el año 2.000 el territorio de Zapayán fue segregado de los municipios de Pedraza, Tenerife y El Piñón.
Punta de Piedra crece en medio de ciénagas y lagunas, por lo que en temporada de lluvias, son frecuentes las inundaciones.
Viaje en lancha.
La última detención navegando por la ciénaga de Zapayán, fue en ‘Capucho’, que es ya como un barrio de Punte’piedra.
Allí el auxiliar de la moto-nave bajó ‘a caballo’ al único pasajero que venía para el lugar. La nave no alcanza a llegar hasta la orilla y de no ser cargado, el viajero se mojaría los zapatos y el pantalón.
En La Bomba se hizo la misma operación de desembarque con los otros dos pasajeros que dejaron la embarcación.
Un grupo de cerdos está de fiesta buscando alimento entre el pantano y el agua. Debe saber mejor el chicharrón de estos animales que se engordan en libertad y sin hormonas que aceleren su crecimiento.
Mientras tanto, un anciano recoge arena en un pote de plástico. Seguramente se gana el sustento con lo que le pagan por ese material de construcción.
Al fin Punt’epiedra.
La ubicación de Punt’epiedra se distingue a lo lejos, no solo por las dos antenas de celular sino por el par de tanques elevados que surten de agua al poblado.
Las primeras calles son en arena, pero limpias. Lo más destacado es el colorido de algunas fachadas que le dan un toque alegre a las calles.
Casi todas las viviendas están construidas con ladrillo y cemento, pero no faltan algunas con paredes en tabla y techo de asbesto.
Caminé a pie hasta el edificio de la alcaldía con balcón pregonero, en donde saludé a algunos funcionarios. En la tienda del frente me guardaron el morral mientras una moto me llevó hasta el extremo del pueblo, donde se ubican la iglesia y el parque al frente.
El templo parroquial en honor de San Luis Beltrán se destaca por la fachada en espadaña y el interior decente.
Varios ventiladores aseguran el bienestar de los fieles que vienen a las celebraciones del templo católico. Los arcos de medio punto le dan un toque de elegancia al interior.
Al frente se ve una gran explanada con tarima y al lado el parque Euclides Acuña P. con pocos árboles sombríos. Hace mucho calor a esta hora, el piso en cemento está que arde.
En Zapayán no hay manzanas en cuadrículas sino calles paralelas con hileras también análogas de árboles que dan sombra en la parte trasera de las residencias. Valdría la pena plantar arbustos también en las calles del pueblo.
Tierra de compositores.
En Zapayán nació el compositor Manuel Medina Moscote, autor de la famosa canción: ‘Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía’. Y acá vio la luz el famoso Abel Antonio Villa(1.924-2006), un juglar vallenato.
Alcaldes de Zapayán han sido: 2016-2019 Manuel de la Cruz Pacheco y hasta el 2023 es la señora Rosibel Salgado Arroyo.
Acá habitan en total 8.000 zapayaneses, 3.000 en el pueblo y 5.000 en las veredas.
Fecha de la visita: Miércoles 7 de febrero de 2018.