Amagá (Antioquia).
Domingo 2 de junio de 2013:
Antes de la entrada a Amagá, está Camilo C, y ahí cerca comienza una calle en descenso, por la cual se llega al centro del municipio, donde nació el ex-presidente Belisario Betancur.
Actualmente se trabaja en la doble calzada Primavera-Camilo C, la cual agilizará el desplazamiento entre Amagá y Medellín.
De hecho ya muchas personas viajan todos los días a trabajar en el Área Metropolitana.
Amagá es un municipio del suroeste antioqueño que se asocia con las minas de carbón.
En distintas ocasiones ha habido tragedias que cobran vidas humanas, debido a las precarias condiciones como se trabaja en socavones profundos, sin muchas medidas de seguridad.
Antes de ingresar al pueblo fotografié una casa típica, de colores muy variados, que había visto de paso alguna vez.
Son como ocho cuadras las que hay, desde la Troncal del Café hasta el centro del municipio. Me subo al bus que llega de Medellín en ese momento y que, por amabilidad del conductor, me permitió estar rápido en el centro de Amagá.
La tarde está hermosa: abierta y clara. El parque principal del pueblo se ve bastante concurrido, no solo por los campesinos que vinieron de las veredas, sino por las familias que salen al parque, a recibir la fresca en vez de quedarse encerrados en sus casas, en un día caluroso.
Ya en la plaza tomo tinto en la terraza como extensión del atrio. Se trata de una explanada muy agradable y con vista al parque, que recuerda la plaza de Jericó.
También admiro un guayacán amarillo en plena florescencia que hay en la esquina derecha de la plaza.
Tres banderas que decoran el parque recién remodelado, flamean en lo alto de sus astas. A veces es difícil distinguir cada melodía, que se confunde con la que suena a lado y lado de cada bar.
Todas las mesas y sillas ubicadas en la azotea, están llenas de clientes que disfrutan la fresca, mirando hacia el parque. Me fascina este ambiente pueblerino y festivo.
Hacia el norte se ve el corregimiento Minas, ideal para visitar en horas matutinas y, en esa misma dirección pero al final de la montaña, está Angelópolis, uno de los primeros municipios que visité hace años.
Un gran corrillo de personas curiosas se forma alrededor de un vendedor de baba de caracol, el remedio para casi para todos los males, pero en especial para la piel y para mantener el cabello sedoso y brillante, según pregona el comerciante.
De todas maneras las dos principales empresas de transporte, la que despacha bus para Medellín a las horas, y la otra, que remite a las medias, tienen todavía sus oficinas y parqueaderos en el costado occidental de la plaza.
El parque tiene ahora como tres escenarios, en planos de diferente altura.
En la parte debajo de la plaza, quedan la Alcaldía y la Plaza de Mercado, de tres niveles y construcción reciente.
Está muy alegre la localidad, muchas familias vinieron con sus hijos a dejarlos correr por el parque y recibir la brisa que sopla a esta hora, y alivia el calor de la tarde.
Para los niños también hay diversión: un grupo de infantes de edades similares da la vuelta al parque en un bus escalera diseñado para su tamaño.
No están muy sonrientes, pero ninguno querrá bajarse cuando ‘se acaben’ los mil pesos que pagaron los papás por el recorrido.
Desde acá se divisa muy claro el mirador de Cristo Rey, que está hacia el oriente, en un alto muy agradable con manga verde y despejada.
Sin embargo, me dice el mesero que, ese terreno será utilizado muy pronto, para hacer una urbanización. Deberé subir allá, antes que lo privaticen.
Me llama la atención que este municipio no es tan pequeño. Yo creía que eran solo dos carreras largas y ya.
Pero no, tiene calles muy profundas y el plano del pueblo es muy bien trazado, formando una perfecta cuadrícula. Lo que pasa es que sí es bien inclinado.
Por fin la iglesia, que no es fea. Si se mira en conjunto se ve muy armoniosa e imponente. Las columnas son muy gruesas y terminan en capiteles dorados muy elegantes.
Pero lo que sí no es tan original son los vitrales que más bien son pinturas en vidrio no muy artísticas. Y prefiero el altar mayor sin tantas imágenes de santos.
Bueno, excelente haber venido. Amagá es un destino atractivo y muy cercano a Medellín.