Córdoba (Bolívar).
A Córdoba se le conoce con razón como: ‘La Cintura de Bolívar’, dado que en el límite inferior del municipio iría la ‘correa’ que divide en dos el departamento. El ‘cinturón’ parece más ajustado de la cuenta pues, de verdad recoge bastante el territorio.
A los habitantes del municipio que rinde homenaje a José María Córdova se les llama Tetoneros, en memoria del Cacique Tetón, líder de la comunidad indígena Malibú, que ocupó el territorio en tiempos prehispánicos.
El municipio de Córdoba se asienta en el sur de los Montes de María y al norte de la la Mojana y la Depresión Momposina, territorios de exuberante riqueza hídrica y estación de descanso para las aves migratorias de llegan de Norteamérica.
Viaje en moto
No hay transporte regular entre los municipios bolivarenses de Zambrano y Córdova. Así que tocó viajar en moto para ir y regresar a Zambrano. Para hacer el recorrido conmigo atrás, el moto-taxista tuvo que echarle dos mil pesos en combustible a la moto tanto en Zambrano como en Córdoba. Estos muchachos trabajan al kilómetro.
Apenas se sale de Zambrano comienzan a verse los sembrados de especies maderables de la compañía Forestal Monterrey, una empresa que cultiva miles de hectáreas en los Montes de María y genera empleo para los habitantes de ambos municipios. Se cultiva principalmente tolúa, una especie maderable muy cotizada.
La siembra pertenece a Pizano, la empresa que produce aglomerados, melamínicos y muebles en Malambo, Tocancipá, Bogotá y Barranquilla.
Más de lo imaginado.
A Córdoba se ingresa por una avenida iluminada con lámparas led, jardines y asientos en el separador.
Brochazos con los colores de la bandera nacional y departamental decoran desde los postes de luz, hasta el adoquín de las aceras.
Córdoba es más grande de lo que lo imaginé. Aunque la cubierta de la iglesia de San Pablo es en asbesto-cemento, en el interior del templo la temperatura es aceptable. Abanicos gigantes reparten la brisa que se cuela bajo el techo central elevado, un recurso arquitectónico muy usado en la costa caribe.
La representación rústica de Pablo de Tarso armado con espada, bastón y las sagradas escrituras, llama la atención del visitante en la nave lateral de la iglesia. De aspecto bonachón, sin el temple combativo que le atribuyen los libros sagrados, este Pablo más parece un abuelo complaciente.
En la mitad del parque una tentación en la que no caí: un pedestal vacío pero de forma redondeada y difícil acceso. Me consolé con un ‘es preferible seguir saludable’.
El malecón que bordea el casco urbano a orillas del caño Constanza, ofrece bancas donde la brisa es protagonista y la vista se recrea frente un paisaje evocador.
Repartí tarjetas en el Centro Administrativo en donde los funcionarios sonríen: qué bien.
En seguida de la alcaldía, un Bolívar con las botas bien puestas, mínimo tiene asegurado el cielo.
Tarea pendiente.
Me cuentan que a las cuatro de la tarde pasan la vertiente en un Ferry, una recua de mulas con la carga que traen del otro lado del río. Eh, qué pesar no poderme quedar para ver semejante espectáculo. En la próxima venida me desquito.
Antes del regreso, anduve a pie por el malecón con asientos cómodos, donde los más pequeños viven una infancia inolvidable.
A las 3:30 regresamos en la moto. Yo feliz disfrutando de la brisa, la tarde sin sol y esos campos solitarios e ilimitados.
De vez en cuando abría los brazos para tener una sensación más clara de libertad, naturaleza, de que estoy vivo y soy feliz. Qué fortuna que en ambos recorridos no tuvimos sol fuerte encima.
La carretera entre Zambrano y Córdoba es toda pavimentada pero con poquísimo tráfico.
Acá habitan en total 13.000 Tetoneros, 3.500 en el pueblo y los 9.500 restantes en el campo.
La alcaldesa de Córdoba hasta el 2019 fue la señora Karina Paola Becerra Baños, quien había ocupado ese cargo en 2008-2011.
Régulo Rafael Rodríguez Bejarano es el burgomaestre actual hasta el 2023.
Lunes 17 de abril de 2017
Me gustó mucho este municipio, es realmente agradable y tranquilo. Esos parques estaban hermosos y ese malecón ni que se diga.
Monterrey no genera ni el 10% del empleo que generaban los cultivos de algodón que hacían en esas tierras, nos arrebataron el progreso esa empresa y la violencia de los grupos armados, el abandono estatal es increíble
Gracias por su comentario. Saludos.