La Merced (Caldas) 2 / 2

Para llegar a La Merced desde Filadelfia (Caldas), el viaje dura hora y cuarto por carretera destapada pero con piso firme.

Virgen mercedaria.
Virgen de la Merced, patrona del pueblo.
Calle.
Calle central de La Merced.

Paisaje cafetero.

El conductor tuvo a bien hacer algunas paradas para fotografiar fincas icónicas, montañas verdes o casas de dos pisos y corredores con barandas.

Se baja hasta el puente sobre el río Maibá y en seguida comienza el ascenso sostenido hasta La Merced, que no se divisa antes de llegar.

El verde claro de los potreros contrasta con el más intenso de las montañas. Los guaduales crespos bajo un firmamento de pocas nubes son frecuentes en la zona cafetera.

Verdes.
Distintas tonalidades de clorofila.
Reloj.
Reloj de la iglesia.

Y en algunos tramos de la carretera el borde se protege con palos de nogal, de esos con vetas grises que los hacen inconfundibles.

De todas maneras es una vía muy agradable para divisar, como casi todas las vías terciarias de las zonas cafeteras.

Ya entrando al pueblo se ven las torres encumbradas de la iglesia en honor de la Virgen de La Merced, patrona del municipio.

Parapentes.

Ya en La Merced, todo el mundo recomienda visitar ‘El Tambor’, una cuchilla alta desde la cual se lanzan parapentistas.

Ahí cerca están dos antenas de celular y bajando hacia La Felisa se aprecia la entrada desde la cual comienza la carretera serpenteante que sube hasta el alto.

Parece que en fines de semana hay transporte en campero hasta el ‘volao’ desde donde se lanzan los deportistas.

En el 2017 hubo en El Tambor un campeonato nacional.

Colegialas.
Salida de estudiantes.
Jeep.
Transporte escolar.

Poco espacio pero agradable.

Después del medio día salieron los estudiantes y las chicas de media-media que tanto embellecen las calles.

Los jóvenes que viven en veredas se transportan en camperos Willys de los que abundan en la zona cafetera.

La Merced no disimula su falta de espacio, el casco urbano fue construido en laderas, pero en el pueblo impresiona la limpieza de las calles.

En seguida de la iglesia hay un negocio con mesas y sillas decentes en donde sentarse a tomar café.

La Merced tiene plaza de mercado cubierta en una construcción con arcos.

Templo majestuoso.

La iglesia es imponente y hermosa. Entre las dos torres altas, de varios cuerpos y cuadradas, se ve la imagen gigante de Nuestra Señora de La Merced.

Los calados para la ventilación del interior predominan en toda la edificación. Cerca al altar se destacan vitrales de gran formato y buena factura. 

El reloj cuadrado de la iglesia está a tono con las líneas geométricas del edificio.

Vitrales.
Vitrales en el templo.
Bomberos.
Vehículo de Bomberos.

Dentro del templo llama la atención el dramatismo de las estaciones del vía-crucis un tanto primitivista.

En la estación del Cuerpo de Bomberos se conserva un antiguo camión Fargo modelo 54 en muy buen estado de latas y tablero.

Trapitos al sol.

La ropa que lavaron esta mañana se está secando en el balcón de la casa. Ahí están los blue jeans de Jeniffer, la camisa de trabajo de Arturo, la toalla con la que se seca el abuelo y las camisas blancas que fueron lavadas aparte de la ropa de color.

‘De resto, los blue jeans de los muchachos que se cambian ropa todo el día, como si fueran ellos los que la lavaran’.

Ropa.
Ropa secándose.
Casona.
Casona campesina.

A un lado del balcón comparten espacio sobre la baranda, las materas con novios y bifloras coloridas.

Marmato a la vista.

Hasta las tres de la tarde no sale campero para la Felisa, entonces desde las dos comencé a bajar a pie en esa dirección.

Fotografié el peladero que han dejado las minas de Marmato y que se ven muy bien en la cordillera del frente.

Debajo de la montaña de entrañas abiertas se distingue el poblado de El Llano hacia el cual se propone trasladar el pueblo, antes de que ocurra una catástrofe en el casco urbano de Marmato.

El subsuelo ha sido perforado para sacar oro desde los tiempos de la Colonia, así que es un pueblo en amenaza constante.

Esquina.
Esquina más dinámica.
Árboles.
Cercos de matarratón.

Auto stop a La Felisa.

‘El que busca encuentra’: no había caminado gran cosa ya por el pavimento, cuando me recogió un joven de 31 años en su lujosa camioneta. Un muchacho interesante, echado para adelante, negociador y emprendedor como ninguno.

Mi anfitrión señala la meseta de San Isidro, una explanada en lo alto de la montaña, casi apta para un aeropuerto pequeño.

Las ramas de los árboles dibujan con su sombra sobre el pavimento, una reproducción de sus formas. En el firmamento azul solo se ven nubes bajas.

Los cultivos y potreros se delimitan con arbustos de mata-ratón, lo cual le da un aspecto craquelado a las laderas.

En La Merced habitan en total 6.000 mercedeños, 2.000 en el pueblo y 4.000 en las veredas.

Alcalde de La Merced han sido: 2016-2019 Carlos Quintero Álvarez; 2020-2023 Johnatan Vásquez y Juan Fernando Ospina Nieto.

Fecha de la visita: Lunes 29 de enero de 2018.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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