Majagual (Sucre).
Jueves 30 de junio de 2016
Majagual no es nada desconocido para quienes tenemos más de cincuenta años.
En la década del 60 y 70, una de las agrupaciones musicales que más sonaba era ‘Los Corraleros de Majagual’, con Alfredo Gutiérrez en el acordeón interpretando en disco monofónico: ‘La Yerbita’, ‘Los Sabanales’ o ‘Paloma Guarumera’. De ahí mi interés en visitar ese municipio.
A las siete de la mañana abordé en la capital sucreña, una buseta FlechaBus por $30.000 con destino Majagual, para cuatro horas y media de viaje.
Hicimos escala en Sahagún donde me impresionó su progreso, gracias a la mermelada que tanto Álvaro Uribe como Juan Manuel Santos le han dado al senador Ñoño Elias. Hay en Sahagún un terminal de transportes tan moderno que ya lo quisiera Sincelejo.
Hasta me gustaría pernoctar acá un día para ver cómo ha evolucionado este pueblo. Debe de ser uno de los lugares ideales para vivir.
Cerca a la Estación de Servicio Brío se ve una ceiba grande que con sus extensas ramas refresca el sitio. Y ni hablar de los árboles frondosos que se observan a lo largo de la doble calzada Sahagún – La Ye. Ese tramo de la carretera es de admirar.
Pero lo que me cautivó fue el vaso de ‘Peto’ a $2.000 que vende un hombre en todo el centro de La Ye. Fue el conductor quien paró a comprar uno y, claro, me antojé.
No, qué suavidad y cuánto sabor: seguramente el hombre a través de muchos años logró una fórmula por la cual esa bebida caliente de maíz, queda exquisita. Como que solo trabaja en las mañanas pues le va tan bien que, para que matarse.
El secreto está en que los granos fuera de que son muy suaves, se distribuyen por todo el líquido espeso, sin asentarse en el fondo.
Antes de pasar por San Marcos estuve hablando con un joven que se ubicó a mi lado, en el asiento delantero. El muchacho no se despega los audífonos más que para responder, si le pregunto algo.
En realidad me cuesta entender que a ese muchacho no le interese hablar conmigo y aprender muchas cosas juntos. Pero la realidad es que las personas de mi generación teníamos perspectiva, veíamos el futuro con interés y de ahí nuestro afán por conocer más cada día.
A los ‘Milenial’s’ en cambio, solo les interesa vivir el presente y ya. Por eso mi vecino, aunque responde bien cualquier pregunta, para él es más importante y disfruta más, escuchar su música en este momento.
El chofer me cuenta que durante el verano del primer semestre del año, los árboles de esta zona permanecieron verdes, pues crecen en terrenos muy fértiles, como son todos los predios de este sector.
Me ha impresionado el poco tráfico que se ve por acá. Así que deberé estar pilas para el regreso, no sea que me quede sin transporte.
La gente de estos pueblos como que viaja poco o tiene moto. Además en la costa, a diferencia de las ciudades del interior, hay pocos autos particulares y menos población.
Al fin, después de cuatro horas y media de un viaje muy agradable, por paisajes de ensueño, anduvimos el kilómetro de carretera destapada por donde se ingresa a Majagual. Qué polvero.
Y qué desidia, cómo es que un municipio con más de treinta mil habitantes no tiene con qué pavimentar el acceso al pueblo.
Tanto desde el norte como desde el sur, ambas entradas están hechas tierra. De ahí que la primera impresión que me llevo de Majagual no es muy buena.
Ya en el casco urbano, nos recibe un enjambre de motos que circula por las vías principales; se ve mucho comercio sí, pero con algo de desorden.
En Majagual todo está junto: la iglesia decente, la Estación de Policía a donde entré a saludar a los gendarmes, la tarima para eventos y la Plaza de Mercado.
Se ve mucho comercio en este municipio grande. Hay calles con árboles, pero más bien pocas.
La iglesia de etilo neo-gótico tiene claraboyas decentes y arcos ojivales para soportar la cubierta. Y ya ve, tanto la terminación de la única torre como las claraboyas me recuerdan la catedral parisina.
El altar central se ve bien, con sus contornos dorados y adornos de estilo medieval. Lo que más admiré fueron las campanas arriba de la torre, que penden de un herraje tan antiguo como los bronces.
El busto del prócer Manuel Dimas del Corral Arrubla, nacido en Santa Fe de Antioquia e hijo de don Juan del Corral decora el parque pequeño pero con suficiente sombra.
El valiente hijo mayor del Presidente Dictador combatió con heroísmo contra las huestes españolas a las cuales logró vencer en la Batalla de Majagual. De esa manera la navegación por el río Magdalena quedó libre para los neogranadinos, a partir del 20 de mayo de 1.820.
No podía irme sin almorzar. Ya cuando el bus había encendido motores, logré que la señora del restaurante contiguo a la Flota Torcoroma me vendiera por $5.000 una porción de pernil de pollo sudado, acompañado con arroz y tajadas maduras.
Qué plato tan delicioso. En la última banca del bus, para no antojar a nadie, lo comí despacio y con el cerebro bien conectado para disfrutar al máximo el fiambre.
Estas son los momentos mágicos de los viajes. Nada como el placer de cenar con hambre y con un plato preparado con toda la sazón costeña.
El conductor joven y fogoso no deja de halar la cadena para que suene la corneta y anuncie su paso frente a cada vivienda.
Saliendo de Majagual hacia San Marcos y gracias al conductor amigo, pude fotografiar las cosas que me interesaron: árboles de totumo que me parecen preciosos, un marrano atravesado en el pavimento y la señora que una a una colocaba en su brazo izquierdo, la ropa que ya se había secado en el patio.
Muy temprano la dama madrugó a lavar los shortcitos de la niña, la camisa de trabajo del esposo y la blusa roja de la tía Luz Ovaida. Ahora ya están secas todas las prendas, y como de pronto llueve más tarde, no se pueden dejar extendidas en el alambre.
El alcalde de Majagual hasta el 2019 fue Luis Benito Gómez Martínez; y hasta el 2023 el señor Ramiro Rafael Rada Ramírez.
En Majagual habitan en total 31.000 majagualeros, 10.000 en el centro y 21.000 en los campos.
Es que Sahagún es otro de los municipios que le compiten a Montería. Lorica es el otro; esos dos están muy avanzados en cuanto desarrollo, pero esa platica es por el mero interés de ciertos políticos. Es triste que estos municipios avancen solo por eso y no por el deber que le compete a los servidores públicos como los alcaldes.
Por cierto, Majagual es de esos municipios muy conocidos por la sabana, quizá por sus cantautores o su música. Me parece que debería progresar mas, eso de tener de entrada un tierrero con polvo queda mal. Me pregunto si en este año ya habrán progresado.