Ospina (Nariño).

Lunes 4 de enero de 2016

Nunca me imaginé la sorpresa que me esperaba al venir a este pueblo: resulta que el alcalde anterior: Jorge Narváez, fue elegido como el mejor burgomaestre de los  municipios de Nariño para el período 2011-2015, y sí que lo merece.

Cómo será que de Túquerres lo piden como alcalde, pues su esposa es de esa localidad. Antes ya había sido administrador de Ospina en otro período.

La cantidad de obras e inversiones que hizo entre el 2011 y el 2015, no tienen cuento. De la piscina municipal climatizada Gustavo Rojas Pinilla, me hablaron desde la camioneta.

Además construyó 600 soluciones de vivienda, que se ven desde lejos cuando uno viaja de Túquerres a Pedregal. Cerca a la piscina hay un laberinto en madera, y una cancha sintética para los jóvenes.

Me cuentan que Narváez también construyó muchos kilómetros de rieles en cemento o como acá los llaman: ‘placas huella’, para facilitar el ascenso de los vehículos por las empinadas carreteras veredales.

Un coliseo, un teatro y las instalaciones nuevas de la Casa de la Cultura, también fueron obra del alcalde anterior.

Menos mal el nuevo gobernante: Eduardo Rosero, es de la misma corriente y ojalá sea tan buen administrador como su antecesor. Lo único que se perdió fue el apoyo del gobernador del departamento, pues el nuevo pertenece a otra corriente política.

Acá viven 8.000 ospineños, dos mil en el casco urbano y seis mil en las veredas. Así que no hay mucho recaudo de impuestos y sin embargo, vea lo que se logra con un alcalde emprendedor y honesto.

El municipio de Ospina no es completamente plano, aunque sí tiene zonas sin pendientes. El nombre del municipio rinde homenaje al líder conservador y expresidente de la República: Mariano Ospina Rodríguez.

Sin embargo, el pueblo fue fundado por la cacica María Mues Calcán, cuya estatua decora el parque central.

Es una imagen de bulto muy bella, en la que aparece la cacica rompiendo las cadenas que ataban sus pies y señalando hacia adelante, como indicando nuevos horizontes para los residentes del caserío.

Esta vez viajé desde Túquerres en una camioneta cuatro puertas, pero en la parte de atrás, menos mal con ventana al frente para que circule la brisa. Y el polvo. Porque hasta la mitad del camino, la carretera es destapada.

Solo a partir del puente sobre el río Sapuyes, comienza el asfalto y una pendiente muy inclinada,  justo en la parte que está a cargo del municipio. Y buena loza, la que hizo colocar el alcalde Narváez. Esa fue otra de sus obras recientes.

En fin que aprendí mucho de mis compañeros de habitáculo en la parte de atrás de la camioneta. Y ellos me miraban con cierta sonrisita como pensando: claro, paisa tenía que ser.

Por acá también son muy bellos los paisajes verdes y el cielo de pocas nubes. Al llegar a la plaza principal de Ospina, me sorprende ver a  muchos lugareños expectantes hasta cuando comience la música en la tarima que armaron en el parque central.

Y por supuesto que también centraron su atención en este viajero que está tomando fotos por ahí.

Una imagen gigante del  Corazón de Jesús entre las dos torres, engalana el frontis de la iglesia parroquial.

En época de Carnavales como ahora, los curas aprovechan para hacer retiros espirituales o descansar, por eso las iglesias de estos pueblos las he encontrado cerradas.

Cuando una niña me arrojó espuma de su ‘carioca’, me molesté y la miré feo. Pero entonces la abuela que la acompañaba y protegía, con los brazos en jarra me desafió:

‘Ah, y qué, entonces ¿para qué vino?’

Tiene toda la razón.

Moraleja: arrojar espuma durante los carnavales, es algo natural, nada irrespetuoso así lo piense yo con mentalidad de otra cultura.

Alguna vez todas las fachadas de las residencias en Ospina estuvieron pintadas de amarillo verdoso, igual que la Alcaldía, que tiene un edificio de tres plantas que, mejor dicho: ¡que lujo!

La administración de Jorge Narváez inauguró hace poco un monumento a los patronos del municipio, en la curva más cerrada a la entrada al centro urbano. Por ahí está también el Mega-Colegio, obra del mismo señor Narváez.

Muchos de los ospineños están a esta hora de la tarde por ahí sentados, con sus ponchos festivos, escuchando la música de la tarima y charlando con amigos. Algunos tienen la cara pintada de negro o rojo, en señal de festejo.

A las cuatro bajé a pie por la salida hacia Túquerres, por si algún carro particular me llevaba y para fotografiar el Monumento a la Virgen de Lourdes. También hay otro mausoleo, de hermoso diseño que habla de: ‘Ospina, Nuestro Compromiso Social’. Me imagino que ese fue el slogan del alcalde Narváez.

Al rato me recogió un señor que va para Túquerres en una camioneta con estacas. Por él supe más cosas interesantes de Ospina y de su eminente alcalde Jorge Narváez.