Yaguará (Huila)

Sábado 5 de abril de 2014

Esta mañana lo primero fue: voltear la ropa que lavé anoche, a ver si se seca en el transcurso del día. Como las empresas de bajo costo no permiten mucho equipaje, cada tres días lavo parte del vestuario en el baño del hotel. No es nada complicado, y me permite viajar ‘ligero de equipaje’.

Plaza Principal.
Iglesia y Plaza de Yaguará.

A las siete de la mañana abordé por $7.000, en el Terminal de Transportes de Neiva, la buseta para viajar a Yaguará. La salida es por la misma vía por la cual se va a Palermo. Solo que más adelante de Neiva, están las partidas para Yaguará. Desde ahí la carretera transcurre por rectas sucesivas y planas.  El paisaje es hermoso: a veces con vista a planicies verdes, cultivadas de arroz, que parecen un tapete peludo color esmeralda. Otras veces, árboles frondosos a lado y lado de la vía. Fue una política departamental en el Huila, que carretera que se construyera, se entregara con árboles sembrados a ambos lados. Y hoy esas plantas están grandes y con frecuencia forman túneles verdes y sombríos. Qué hermosura. En Atlántico por ejemplo, que es un departamento también de clima cálido, allí no se ve la cantidad de árboles que hay en las orillas de las carreteras opitas. Es una de las cosas que más he admirado en mi correría por el Huila.

Adelante de las partidas para Hobo, hay un pequeño ascenso desde el cual se divisa la represa de Betania, un tanto seca en esta época, debido a la falta de lluvias. El trayecto entre Neiva y Yaguará, dura entonces una hora y veinte minutos. Me encantó este municipio, uno de los que quería conocer, y me llamaba la atención, tal vez por lo sonoro del nombre: Ya-gua-rá = multiflora.

Coposos árboles
Ramas que cubren el parque.

El parque principal es bien bonito, tiene muchos árboles de ramas largas y ahora está muy florida una planta de Lluvia de Oro, especie que me encanta por su belleza y colorido. No hay ventas estacionarias en la plaza central. Las ramas negras de los árboles, que cobijan el espacio público, le dan al ambiente, un contraste encantador.

La iglesia es preciosa. Tiene decorados no tan finos, algo primitivos, pero alegres y, de todas maneras, originales. Se trata de un templo de estilo gótico que, por lo tanto, presenta vitrales con los misterios del rosario; arcos de crucería; capiteles dorado y rojo; pechinas  bajo la cúpula, con escenas bíblicas ricas en color  y, en el piso, un mosaico antiguo y hermoso.

Mosaico antiguo del templo.
Mosaico antiguo del templo.

Da la impresión que Yaguará es un pueblo apacible. En el marco de la plaza principal se ven residencias y colegios, pues los establecimientos comerciales, se ubican en las calles aledañas.  Lástima que, según me cuentan los yaguareños, este municipio no ha tenido buenas administraciones municipales.

Interior de la iglesia.
Iglesia Gótica de Yaguará.

Eran las nueve de la mañana, cuando apareció, como caído del cielo, un carro con parlantes, anunciando una reunión informativa para mañana domingo:

‘La Fundación Escuela Tecnológica Jesús Oviedo Pérez, tiene el gusto de invitar a las personas interesadas en su preparación profesional,  a una reunión informativa que se efectuará mañana domingo en el CRE: Centro de Recursos Educativos. El FET te transforma, estudia por ciclos propedéuticos: Tecnología en Mercadeo de Productos Turísticos’.

Hablo con el hombre del perifoneo, le propongo acompañarlo en su recorrido y darle cinco mil pesos, al terminar la jornada. El tipo acepta de una, así que muy contento me subo a su Daewoo Tigo, para empezar el recorrido. Mi amigo me cuenta que la Fundación del anuncio, fue creada por  el dueño de Coomotor, la empresa de transporte más grande y emblemática del Huila.

El conductor es un señor como de mi edad, que admira a los paisas y a veces ve por TeleAntioquia el programa: ‘125 ideas’. La ruta la iniciamos en los barrios de la parte alta del pueblo. A medida que avanzábamos por los distritos periféricos, mi amigo me explicaba particularidades del sector.

Matas de flores.
Decoración de las casas con matas.

Lo que más me llamó la atención, fue la manera como los yaguareños cuidan y decoran el frente de sus casas, con matas de jardín e, incluso, árboles de cacao, uno de los cultivos más extendidos en la región. Son casas sin lujos, sencillas, pero bien arregladas, que hablan muy bien de las personas que las habitan. Así se lo expresé a una señora que sembró matas de flores, en vasijas recicladas de plástico o latón y que se ven preciosas, a esta hora de la mañana. Esta parece ser ‘la hora de la escoba’ en Yaguará. Muchas señoras están barriendo la entrada de sus viviendas. La limpieza y el buen gusto son la constante, en los hogares yaguareños.

Pasamos por el CRE, que es también como la Casa de la Cultura de Yaguará. Luego subimos a la Ciudadela San Pedro, el barrio más alto del pueblo. Por ahí encontramos el Colegio Ana Elisa Cuenca Lara, con concha acústica al lado. Más adelante pasamos por un lado de La Balconera, una quebrada que fue canalizada recientemente y que desde ese momento, dejó de anegar los barrios, en época de lluvias. Esa vertiente está rodeada de árboles jóvenes pero crecidos, muy bonitos.

Luego mi amigo narró una historia de ‘no te lo puedo creer’. El tercer alcalde por votación popular que tuvo Yaguará,  ha sido el único burgomaestre que ha hecho cosas importantes por el municipio, a pesar que solo duró un año y medio en el poder, cuando los períodos eran de tres años. En ese corto lapso de tiempo,  construyó 400 casas para familias de escasos recursos, en la ciudadela por donde vamos ahora. No obstante sus enemigos políticos lo acusaron de mil cosas, por las cuales incluso, estuvo un tiempo encarcelado.

Árbol con sillas.
‘El Pelambre’, frente a la Alcaldía.

Regresamos a la plaza principal y pasamos frente a un árbol con sillas, frente a la Alcaldía, que todo el pueblo conoce como ‘El Pelambre’, pues allí se raja de todo el mundo y, por esa razón,  la gente se cuida de pasar por frente a ese sitio.  Allí se juzgan y condenan todos los designios del alcalde de turno y el Concejo Municipal. Todo el que se sienta allí se cree con derecho a ‘pelar’ del burgomaestre y el cura, para abajo.

En la parte inferior de Yaguará, que es un tantico inclinado, está ‘El Puerto’, sitio hasta donde llegan las embarcaciones que navegan por el embalse de Betania, cuando está lleno. Ahora ese reservorio está bastante seco. De todas maneras en ‘El Puerto’, hay árboles altos, bancas para las personas y es sitio de reuniones de familiares, los fines de semana.

Cerca hay cómodos hoteles y restaurantes de comida criolla, bien cotizados.  Por último pasamos por otro parque pequeño, el de Santa Bárbara y luego el perifoneador me dejó en el parque donde después de pagarle los $5.000, mi amigo confesó que se le había hecho más corto y ameno el recorrido, gracias a mi compañía. Pa que vea… El nuestro fue un trato al mejor estilo ‘gana-gana’.

Puerto y río.
Puerto de Yaguará, sobre el Embalse de Betania.

En síntesis, de Yaguará me encantó el sentido de pertenencia de las personas por sus residencias. Sobre todo encontrar árboles de cacao, sembrados en algunas casas, fue para mí una sorpresa muy agradable. Lo que le hace falta a este municipio, es mayor participación comunitaria para ejercer un real control, frente a las decisiones de la administración de turno.

Antes de las once de la mañana abordé otra camioneta con destino a Neiva. Ya cerca de la capital, pasamos frente al Parque Recreativo Playa Juncal, una especie de Parque del Agua, con piscina de olas, toboganes, canchas deportivas, animales exóticos y muchas atracciones más. Es el sitio más frecuentado por los opitas, los días festivos.

Germán Vallejo

En este Blog publico relatos de mis viajes por Colombia y Antioquia. Desde el 2004 he realizado viajes, casi siempre solo, con pocos recursos y en transporte público. Estoy convencido que en un día soleado todo se ve más bonito, por lo que prefiero viajarenverano. Bienvenidos.

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