Puerto Rondón (Arauca).

Martes 3 de julio de 2018

Puerto Rondón es uno de los siete municipios de Arauca, ubicado al centro sur del departamento.

En Puerto Rondón me ocurrió algo inesperado que alteró por completo mis planes de viaje.

Paro armado.

Cuando fui a asegurar el cupo para viajar al día siguiente a Cravo Norte, me encuentro con la sorpresa que no hay transporte a través del río Casanare, porque la guerrilla declaró paro armado de 72 horas, o sea hasta el sábado en la madrugada. ¿Cómo? Sorpresas te da la vida.

Bueno, pues a hacer del problema una oportunidad, aprovecharé para poner al día el relato de este viaje, en el servicio de computadores en seguida de la alcaldía.

Hoy toda Colombia está paralizada y todo el mundo tiene puesta su camiseta amarilla de la selección de fútbol. A la una de la tarde fue el partido Colombia 1 Inglaterra 1 que tras los tiros desde el punto penalti nos dejó por fuera de los cuartos de final del Campeonato Mundial Rusia 2018. Todos quedamos aburridos.

Otra vez Venezuela.

Durante el viaje de siete horas desde Arauca la ciudad capital, lo triste fue ver por la vía troncal grupos de venezolanos a pie que huyen del hambre en el vecino país, a causa del régimen dictatorial de Nicolás Maduro.

La historia se repite: entre 1.908 y 1.935 gobernó en ese país otro dictador: el general José Vicente Gómez quien también dejó al pueblo en la miseria. Precisamente el municipio de Puerto Rondón se formó en aquellos años, con venezolanos exiliados que llegaron ‘huyendo del hambre en su país’.

Río Casanare.

Al llegar a Puerto Rondón, lo primero fue conocer el puerto sobre el río Casanare por el cual salió esta mañana,  la barca que va hasta Cravo Norte. Hacia ese municipio sí hay carretera pero inservible ahora en invierno. Deberé esperar hasta el sábado para viajar hasta Cravo, en transporte fluvial.

En el puerto hay barcas que pasan hasta el otro lado del río, a Puerto Colombia, como se llama el poblado ya en tierras del departamento de Casanare. También hay un árbol de mango ahora en cosecha que cada nada deja caer los frutos maduros.

Anduve por el parque amplio y con árboles frondosos que le quitan luz pero dan abrigo en los días de calor, que son la mayoría. En el centro del parque se ve la estatua ecuestre de Juan José Rondón que le da nombre al municipio y fue uno de los 14 llaneros vencedores en el Pantano de Vargas.

En la alcaldía me presentaron a Eulices, un funcionario de Proyectos muy amable y quien mejor conoce el municipio.

Pueblo apacible.

Este es un pueblo tranquilo y seguro, que vive de la pesca y la agricultura. En el puerto había mangos recogidos por alguien y colocados sobre la mesa para que quien quisiera, cogiera a su gusto. Comí tres, muy ricos y pelados con el bisturí que siempre cargo, así como a los llaneros no les falta un cuchillo afilado pegado al cinto.

Por su parte,  el vendedor de tinto que salió a hacer una diligencia, dejó el termo con los vasos al lado para que quien necesitara café se sirviera y colocara las monedas de $500 sobre la mesa. Eso sí es vida… Cosas que no se ven en la ciudad, sino en Puerto Rondón.

Caminé por el monumento a la virgen del Carmen. En esas me saludó Eulices en su moto y lo más de amable me hizo un tour por el pueblo. Fuimos hasta la entrada en donde está el Monumento a las Cotizas. No es gran cosa, pero sirve para la foto ‘midiéndose las chanclas’.

Entramos a la casa de ‘Montoya’, un señor amable que me permitió fotografiar el árbol de totumo por el cual subían dos gallinas que madrugaron a acostarse.

El árbol tiene enrollada en el fuste una lámina de zinc para que no suba la chucha o zariguella, a comerse la rabadilla de las aves. Ese mismo escenario lo veía yo en mis años de infancia.

Según me di cuenta en el periplo con Eulices, Puerto Rondón tiene de todo: Parque de la Paz, Casa de la Cultura, Comedor Comunitario en donde atienden a los más ancianos que, generalmente no requieren asilo porque viven en su casa con los hijos. Las calles de Puerto Rondón son amplias y pavimentadas y además hay buena cancha de fútbol. Aunque tiene aeropuerto, a Puerto Rondón no llegan vuelos regulares.

Seguramente que por los problemas de orden público que tuvo en el pasado, la población de este municipio ha disminuido. Y sí, se ven lotes sin construir incluso en zonas céntricas del casco urbano.

En el siguiente video de Daymer Gutierrez Avell se evidencia en dos minutos, la amplitud de espacios que caracterizan a Puerto Rondón.

Con Eulices pasé a ver la Manga de Coleo y luego en su casa conocí a sus tres hijos: Daniel, Danna y Diego.

Qué encanto de pelaos, inteligentes, despiertos y amables. Admiré los diplomas que me fueron trayendo y dan fe de sus logros en la escuela. Qué bueno haber conocido esa familia, fue lo mejor del día.

Cerca a la venta empanadas hay dos palmeras a donde todas las tardes llegan a dormir seis aves de las llamadas Tautaco. Preciosas, de pico largo y curvo y plumaje amarillo y negro. Me fascinan esas aves tan alegres, antes de dormir forman una algarabía encantadora.

En Puerto Rondón y en estos pueblos llaneros se ven muchas mujeres en bicicleta o moto. Generalmente las del el sexo ‘débil’  son  más osadas que nosotros los hombres.

Almuerzo en familia.

Al medio día mi amigo Eulices me invitó a almorzar a su casa en el momento cuando yo iba a buscar restaurante. Sandra su esposa había preparado un delicioso Pisillo de Chigüiro con guacamole, arroz y yuca cocida. Qué delicia de almuerzo, nos encantó a todos y los comimos en familia bajo el techo de paja del comedor y dejándonos acariciar por la brisa veraniega.

Y algo que me encantó, cuando los chicos se levantan de la mesa dan las gracias a la mamá por el almuerzo. Qué bien. Definitivamente en los pueblos a diferencia de las ciudades, es más fácil educar hijos con valores.

Conversé con los chicos, Diego me hizo demostración de cómo ha aprendido a tocar cuatro y después del almuerzo fuimos a la Casa de la Cultura donde fui testigo de cómo Daniel en realidad tiene habilidades para las maracas y el zapateo con las cotizas, propias para bailar joropo. Todos los chicos lucían el tradicional sombrero negro que exhiben con orgullo.

Folclor y tradición.

En seguida me encontré en el parque con Sergio, un fotógrafo que tiene almacén acá en el pueblo. Caminé las 12 cuadras que hay para llegar hasta el puerto, donde se toma la barca para pasar a Puerto Colombia, el corregimiento de Casanare. Sergio me alcanzó para acompañarme en la aventura.

Al anochecer estuve conversando con Marcos Acosta (‘Caballo Viejo’), un lugareño que sabe mucho de la historia del pueblo y en general de la vida en los Llanos, en épocas pretéritas. Y sí, por él me enteré de cómo era la vida acá, cuando todas las actividades y el transporte se hacían a caballo.

Invité a Marcos a una hayaca de las que hicieron hoy en el Restaurante Doña Edith, que está cerca a la casa de Marcos. Los vi elaborar y en realidad para la cena fueron el plato preciso.

El viernes cuando me levanté en Puerto Rondón me dice don Ismael que ya se terminó el paro, que a las nueve sale una buseta para Tame por $17.000 el cupo.

Como en Puerto Rondón no hay taxis, la buseta debe hacer un largo recorrido por los barrios de la localidad recogiendo hasta el último pasajero, después que el carro se acerca tocando pito a su casa. Fueron 40 minutos aguardando hasta el último pasajero.

La alcaldesa de Puerto Rondón hasta el 2019 es la señora Sandra Milena Gutiérrez Vigott.

Acá habitan en total 3.800 rondoneños, 2.800 en el pueblo y mil en las veredas.